Estrellas

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"Haremos que viva como nunca". Repetí entre murmullos.

Después del anuncio del doctor, salí al jardín en silencio. Me senté sobre el césped y luego me sentí tan cansada que dejé caer mi cuerpo al suelo. Cerré los ojos un instante. Las lágrimas llegaron otra vez.

- Te falle. -fue lo único que pude decir.

Había tenido la confianza de Freddie para cuidar lo que más amaba. Garden Lodge, según Phoebe, lucía como antes. Pero Mary...

- Time waits for nobody. -susurré​. Creo que ahora entendía esa pequeña frase.

Con los ojos cerrados, escuché pisadas a lo lejos que se fueron haciendo fuertes. Otra figura humana se acostó junto a mí.

- Katherine. Sabes, creo que tu nombre podría provenir de la palabra "gato". -confesó mi acompañante. -Él amaba los gatos, créeme.

- Sí, lo sé. Como también sé lo que siente por ella. Pienso que no la cuide lo suficiente. -abrí mis ojos para mirarlo.

- En ese mismo problema estuve yo hace más de 20 años. -prosiguió -Te preguntas si hiciste lo correcto, si no olvidaste nada, o si simplemente fracasaste protegiendo a alguien más. Me convertí en enfermero cuando Freddie lo necesitaba. Le di todo lo requerido por el médico y aún así no vivió lo suficiente para disfrutar lo que le restaba de vida. ¿Cómo crees que me sentí yo?, lo peor era que estaba consiente de que nada podía curarlo. Él lo sabía, todos lo sabíamos. Fue doloroso tratar de enmendar un daño fantasma. Sabes que está ahí, es invisible, silencioso pero es intocable y hasta aterrador.

Peter me dejó pensando un momento. Conocía esa historia de cómo de la noche a la mañana Phoebe se convirtió en cocinero, amigo y médico.

- Kathy, hiciste lo que debiste hacer. A veces no es justa la vida pero en nuestro caso no hubo opción. Lo dimos todo por personas maravillosas. Sé que habríamos dado la vida por ellas o bajado la luna y las estrellas, aunque nada sirviera. No te sientas culpable, lo mejor que yo hice fue facilitarle lo que le restaba de vida. Hagamos lo mismo ahora. Seamos valientes como lo fue nuestro héroe.

Lloré demasiado con sus palabras. Miré al cielo y las estrellas empezaban a aparecer. Nos miraban desde lejos, tal vez guiando nuestro destino. Ambos dimos parte de sí a personas magníficas. Él siguió mi mirada.

- Gracias Phoebe. Ahora entiendo porque eras su amigo. -le di un beso en la mejilla.

- Sí, es curioso ¿sabes? Nosotros vemos belleza donde otros no la ven. Por ejemplo las estrellas. -señaló el cielo. -Muchos piden deseos o las estudian. Son pocos los que saben que vemos un cementerio. Varias murieron hace mucho tiempo atrás y miralas ahora, brillando como nunca. Lo que observamos, mi querida Katherine, es un manuscrito de la historia de estos cuerpos luminosos que a pesar del tiempo siguen estando presentes hoy en día.

- Freddie fue una estrella muy exótica. -respondí limpiando mis lágrimas.

- Exacto. Muchos aprecian "esas" estrellas pero no las de carne y hueso. Por eso digo que vemos belleza donde otros no.

- Somos buenos para lo raro. -reí ligeramente.

- No. Como dijo alguna vez nuestra supernova: "Nosotros tenemos buen gusto".

Entendí el mensaje que quiso darme. Era lo que necesitaba. Tal vez Phoebe era el ángel del Ángel de la Música.

Living On My DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora