Queen y la Realeza

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Abrimos los ojos y llegamos a mi casa. No lucía como ahora, sino como hace un par de años atrás cuando yo tenía aproximadamente 5 o 6 años de edad.

Los muebles estaban en una posición diferente y había otros que estaban muy desgastados. Vivíamos bien, no teníamos carencias, únicamente problemas.

Solté el brazo de Freddie pero no quise apartarme demasiado de él. Lo que podría ver en mi recuerdo tal vez no sea muy apropiado. Era uno de esos momentos que no se olvidan por completo.

- ¿Está es tu casa? -preguntó Freddie. Continuaba vestido con su camisa floreada y cabello corto. Llevaba ropa cómoda aunque no lo estaría pronto.

- Así era antes. -respondí -Ahora ha cambiado, han tirado muebles viejos y pintado las paredes. -en mi recuerdo eran verde claro, ahora son amarillas.

- ¿Qué sucedió aquí?, ¿dónde esta lo difícil? -Freddie estaba interesado por saber, también era curioso como yo.

- Aguarda un poco. Sígueme. -me dirigí a una habitación cercana.

El cuarto tenía las paredes rosa. Había una cama con cobijas de color café claro y un muñeco de peluche sobre ella. No había mucho con lo cual impresionar a una niña pequeña que estaba sentada sobre el suelo dibujando a personas de la Realeza.

Freddie me seguía y nos colocamos en la esquina opuesta  de la habitación con cautela para evitar ser vistos por ella. Si aplicó la teoría de Freddie sobre su gemelo, quiere decir que ella podría verme sólo a mí pero sería incapaz de verlo a él. Tengo que mantenerme alejada de mi recuerdo viviente.

- ¿Esa niña eres tú? -preguntó Freddie -Eras más adorable entonces.

- Gracias. -contesté entre risas -Pero aún sigo siendo adorable -procuraba no hablar tan alto.

- Si, lo que digas. -dijo Freddie -¿Qué está haciendo ella?, ¿y tus padres?

- Dibujando y ahora los verás. -informé lentamente.

Como si hubiera oprimido una campana escuchamos a un par de voces entrar por la puerta principal. Estaban discutiendo aunque no podíamos verlas desde donde estábamos, sólo escuchar.

La pareja sonaba molesta, peleaban defendiendo cada quien su punto de vista, un caso perdido porque nadie quería ceder.

Las voces discutían cada vez más fuerte, tirando muebles y objetos contra el suelo. Los sonidos invadieron la casa y rompieron la tranquilidad de la niña, quien empezó a asustarse y llorar desconsolada.

Su rostro irradiaba pánico y miedo, era obvio que detestaba que sus padres discutieran, pero a su edad es claro que no entendía el porqué.

No podía vernos en absoluto, estábamos escondidos en la esquina opuesta que carecía de iluminación. Ahora que lo recuerdo era de noche cuando sucedió eso.

Miraba a Freddie y era claro que quería ayudar a la niña, decirle que todo iba a estar bien. Los gritos se oían cerca, como si estuvieran afuera de la habitación, pero pronto se alejaron.

La niña lloraba casi en silencio, de lo contrario eso molestaría a sus padres aún más y sería peor.

- Tenemos que hacer algo. -dijo Freddie, preocupado. Estaba a punto de acercarse a la niña cuando lo detuve tomándolo del brazo.

- Espera. -respondí. Parecía confundido pero olvidaba que esto ya lo había vivido.

De pronto la niña sacó un par de audífonos de su mochila, donde estaba parte de su material de dibujo. Lo tomó entre lágrimas y colocó música a un nivel alto, eso evitaba que escuchara la guerra que surgía afuera.

Freddie y yo podíamos escuchar algunas canciones, entre las que se encontraban Bohemian Rhapsody, Was It All Worth It, I'm Going Slightly Mad, Innuendo, Dear Friends, Nevermore, Somebody To Love, Killer Queen, The Miracle y demás. Pronto la niña continúo dibujando y poco a poco el cansancio iba apoderándose de ella hasta finalmente quedarse dormida.

La música continuaba y observaba de reojo a Freddie, no sabía lo que pensaba aunque tenía una idea. Yo sabía que ella ya no necesitaba ayuda alguna, todo lo que necesitaba para olvidarse un poco de su vida era la música, era Queen.

Pasó algún tiempo, tal vez horas, hasta que la niña pudo quedarse dormida con lágrimas secas sobre sus mejillas. Mientras ella dormía sus padres ya no discutían, por fin se habían cansado y al igual que ella estaban dormidos. Su madre en la habitación y su padre en la sala. Un montón de cosas rotas estaban por todas partes.

La música continuaba tocando, esto ya no lo recordaba, sino que lo imaginaba. Recuerdo que cuando desperté al día siguiente mis padres dormían en sitios diferentes, supongo que eso se decidió mientras yo estaba inconsciente.

No recuerdo haber pausado la música, así que me acerqué con cautela procurando no despertarla. Freddie hacía lo mismo que yo pero no se acercaba a ella, sino a lo que dibujaba. Aparté un poco los audífonos y los dejé donde recuerdo que estaban cuando desperté. No se quien pudo haberlo hecho, eso nunca lo supe, sólo estaba reflejando lo que recordaba.

Freddie levantó en alto el cuaderno y su rostro estaba pálido. Me miraba a mí y luego al dibujo. Sabía la razón de su actitud.

En ese cuaderno estaba dibujado un rey y una princesa con una expresión de felicidad. El rey tenía una capa, una hermosa corona y un micrófono a media asta, así como un bigote muy peculiar. La princesa tenía su propio vestido y una tiara sobre su cabeza. Alrededor de ellos se encontraban 3 personas más, uno rubio, otro con cabello rizado y uno más con cabello corto pero presentable.
Ese era un sueño que imaginaba constantemente.

Cuando finalizó la música ese fue el resultado, pero antes de la llegada de sus padres creo que dibujaba un campo o algo similar. Freddie ni siquiera giró la hoja para verlo, estaba muy pensativo. Fue mala idea traerlo aquí, me pregunto si sus padres alguna vez discutieron de la forma en que lo hacían los míos.

Freddie dejo el cuaderno donde estaba y aún no parecía cómodo. Me acerqué a él y lo tome del brazo.

- Freddie, regresemos, por favor. -dije, indirectamente solicitando su permiso para trasladarnos hacia Garden Lodge.

No hubo contestación alguna. En respuesta asintió con la cabeza sin mirarme, dirigía su atención a la niña que yacía dormida en el suelo. No queríamos despertarla, además aunque hubiera querido tampoco podía cambiar lo sucedido. Nadie podría hacerlo.

Living On My DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora