Capítulo 10.

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Reescrito.

— ¡Caprand! —llamó ella desobedeciendo en todo regla al salir de la habitación para seguirlo, lo encontró a metros por suerte.

— ¿Qué te acabo de decir? —cuestionó girándose.

— ¿Irás dónde Maddox?

— Tal vez.— se encogió de hombros.— El calabozo es un pequeño pasatiempo.

— ¿Vas a ignorar todo lo que te dije?

— Es solo un trasformado.

— Es un vampiro más de tu clan. —refutó ella acercándose a él. —No puedes ser tan...

— Cuidado con lo que digas.— advirtió.

— ¡Y una mierda! Eres un líder, no un dictador.

— Primera advertencia, vuelve a la cama.— ordeno— Creo que despertarte te ha puesto sensible, Miel.

— Eres un...— un sonido externo a ellos detuvo la discusión.— ¿Qué fue eso? —el hombre de ojos azules no le respondió, le dio la espalda para caminar a las escaleras con cautela donde provenía aquel sonido y otros nuevos y preocupantes. — ¿...Greyson?

— Miel, corre a la tercera planta y enciérrate allí.— ordenó duramente sin mirarla y aún caminando con destino a las escaleras. Greyson se giró cuando escuchó los pasos de Honey aún cerca de él — ¿Qué no me oíste? —la miró de una buena vez llevándose una sorpresa al verla con un jarrón de la decoración entre sus manos.

— Por si nunca viste una película de suspenso al separarse empieza la masacre.— explicó el motivo de seguir a su lado— Yo de ti no me alejo.

— En otra situación me gustaría que lo dijeras pero ahora...— otro sonido los hizo callar. Parecía que alguien se pelea abajo y desde arriba de la escalera curva pegada a la ventana solo se veía parte de la sala incluyendo la puerta del comedor y la puerta principal.

— Te sigo. — habló ella ocultando sus nervios ¿Ahora que diablos pasaba? Estaba por averiguarlo.

— Ni hablar, vete a...

— Entonces, tú sígueme a mí.— declaró pasando de él cuando los sonidos aumentaron y se podía descifrar gruñidos y exclamaciones de alguna persona porque cuando algo sospechoso y peligroso sucede lo prudente según Honey es ir hacia esa misma dirección.

— ¡Honey! —Greyson la llamó entre dientes cuando ella inició el descenso por las escaleras pero justo en ese momento en la parte que ellos podían ver de la sala alguien fue estrellado contra una mesa de café. Era un guardia.

— ¡Líder! —llamó aquel guardia tratando de levantarse pero al intentarlo, Honey lo reconoció como Roy pero Roy jamás pudo ponerse de pie debido a que una gran bestia lo embistió al suelo nuevamente y venían más detrás.

— ¿Qué...?—fue lo que la boca de Honey expulsó al ver como tres lobos trataban de devorar a Roy.

— Maldición.— gruñó Greyson llegando a la azabache.— ¡Honey vete a la...! —y otro sonido los interrumpió, uno que venía con efectos secundarios como cristales del ventanal en ellos.

Honey Sei. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora