Reescrito.
La inestabilidad de Honey no tenia un avance extremadamente preocupante pero tampoco muestra un descenso. Su actitud bipolar y temperamental persiste haciendo al personal de la mansión incluyendo a los temibles guardias ir con pie de plomo a su alrededor.
El doctor no halló nada por lo cual preocuparse en un nivel físico, dejando en claro que tipo de ayuda podría necesitar realmente Honey. Russel tuvo total razón cuando aseguro que Greyson no ayudaría más allá de sus límites a Honey pero Emily no pudo evitar sorprenderse cuando oyó que de ninguna manera traería un psicólogo para su prometida.
Es claro que no lo haría ya que este claramente lo señalaría como responsable de los males de la chica pero no deja de impresionar a la sirvienta.
— ¿Le gusta este vestido para hoy, señorita? — Emily le mostró una pieza larga suave de color jade. Fue traído recientemente por Rena para ella.
— Si te gusta a ti, te lo puedes quedar.— ofreció la apática chica desde un sillón. Honey miraba la ventana desde allí o lo que podía apreciarse ya que las cortinas como siempre cubren del exterior.
Emily le pregunto si desea que aparte un poco aunque sea pero Honey dijo que así esta bien, eso alza la probabilidad de que no ve la ventana realmente...sino que esta hundida en sus pensamientos otra vez.
Una de las órdenes claras por ahora es mantenerla lo más entretenida y activa posible, hacerla aunque sea un poco feliz en palabras de Greyson. Este despidió a todos lo que supuestamente la molestaban y fue directamente a las casas de los vampiros que hablaron de ella dejando puntos en claros, no obstante a Honey le dio lo mismo a pesar de haberse mostrado afectada por todo esto.
Aunque todo se vea confuso el problema es tan evidente como decir que Honey tiene tanta vida como un muerto.
— ¿Terminó de leer los libros que trajo Clarissa? — indago tratando de sacarle conversación.
— Me aburrieron.— bramo agarrando uno de los siete que tenia a un lado, tal como lo tomo lo soltó como si no fuera nada.— Pídele que se lo lleve cuando la veas.
— ¿Eran tan malos?
— No lo sé, no llegué a terminarlos.
Emily suspiro, ya esta acostumbrada a su forma de ser pero no dejaba de ser difícil.
— Me arrepiento mucho sabe...
Honey sabe a que se refiere, la noticia de Lucian...
— Iba a llegar a este punto en algún momento.— aseguro la azabache.— No es tu culpa, a veces ni siquiera es mía...
— Señorita Honey, usted no es responsable de nada.— asevero la sirvienta.
Esto a la azabache le causo gracia, demostrándolo en un ligero cambio en su rostro.
— Nunca imagine que llegaría a esto con Greyson, hablo de forma general.— susurro desviando la mirada nuevamente a la ventana.— Si hubiese sabido que tanto se descontrolaría todo...habría hablado con mi padre de Greyson, pude haber evitado esto....pero no, no le di importancia.
— No se atormente.— pidió.— Claramente si hubiese sabido como hacer las cosas antes, lo habría hecho, señorita.
— Las cosas ya no pueden cambiarse, estoy siendo absurda en decir esto...pero bueno, cada día soy más patética ¿no? — se rio de si misma.
— Señori...
La puerta se abrió interrumpiendo a ambas, de ella ingreso el pelinegro con la preocupación tiñendo ligeramente su expresión.
