Capítulo 13.

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Reescrito.

Miel no despertó en la noche y aunque esto a Greyson le preocupó bastante la dejo descansar, se veía más en calma de esa manera, la calma le duró hasta la mañana cuando empezó a moverse y despertar dándose cuenta del frío que hacía y como algo pasaba por sus piernas.

Greyson miro perfectamente como se removía y como no verlo si está con sus manos sobre ella terminando de vestirla luego de bañarla. Escogió un vestido azul corto de falda suelta con corazones. Estaba a punto de ponérselo cuando vio los indicios que despertara por lo cual, se apresuró en agarrar el collar que le había quitado por completo y se lo volvió a colocar.

Honey al sentir las frías manos de Greyson, comprobándolo tocándolo ella misma se dignó hacer el esfuerzo sobrehumano en abrir sus ojos púrpura.

— Buenos días, Miel.— saludo él quitando las manos para ponerlas en su mejillas y llamar la atención de la desorientada chica.— ¿Cómo te sientes? Dormiste un día completo.

— ¿Qué m-me pasó? —preguntó con un tono ronco debido a su garganta seca. Greyson inmediatamente se alejó para ir y abrir la puerta para pedirle a Roy quien vigilaba que trajera un vaso de agua a Honey y mandará el desayuno al despacho para ambos.— ¿Qué m-me hiciste? —interrogó en un tono bajo debido a su garganta. Honey se revisó por encima tomando rápidamente el vestido para cubrir su desnudez. Luego usó la cabeza y se pasó la prenda por la cabeza olvidando que no era de su gusto, solo no quería estar en ropa interior frente a nadie.

— No te hice nada.— respondió volviendo con ella.— Te alteraste tanto que tu corazón dejó de latir abruptamente.

— ¿Mi corazón dejó de....? —la azabache automáticamente se tocó el pecho con cierto pavor.— ¿Cómo...?

— El doctor del clan vino a verte y pedí una segunda opinión.— empezó a explicarle apoyándose en uno de los muebles, el más cercano a la cama donde estaba ella.— Los Sei Dunkel son seres sin forma u órganos por lo tanto quizás tu cuerpo de manera orgánica no es completa y necesita la otra parte para existir...

—¿Es decir? —Pidió que fuera más concretó.

— Quizás algunas de las zonas no-completas sea tu corazón...— ella abrió los ojos ante la hipótesis de Greyson. Él hombre escuchó cómo su corazón empezó a latir con fuerza ante la idea.— No te alteres, podría darte algo...— aconsejo acercándose para tomarla.

— ¿Darme algo? — repitió— ¿¡Darme algo!? —vociferó rozando la histeria.— Vas a matarme, Greyson, quítame este absurdo collar.— exigió llevando ella misma las manos al collar para tratar de quitarlo. Trató de desabrocharlo pero sus manos quemaban ante el intento que Greyson frenó en seco.

—No lo haré.— le dijo poniendo las manos de ella a cada lado de su cuerpo.—Tú me matarás si lo hago...

— ¿Prefieres matarme a mí? —preguntó.

— Si tu no atentas contra mi, nadie morirá.— aclaro y el universo lo afirmo con el sonido de los toques a la puerta.— Pasa, Roy.— permitió que el joven guardia entregará el vaso que anteriormente había ordenado.— Toma, Miel.— se lo extendió a ella.— Debe molestarte, más por los gritos que diste.— comentó cuando ella aceptó el agua.

— El desayuno suyo y de la señorita Honey están casi listos, Líder.— informó el guardia inclinado la cabeza ante su superior.

Honey Sei. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora