Capítulo 55.

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Reescrito.

El hombre mayor se alejó de Honey tras hacer una ultima revisión.

— Es una discrepancia inusual por decirlo menos.— comento el médico.— Pero con revisiones regulares podre dar un diagnostico más concreto, no obstante, debe tener una vida tranquila sin alterarse o sufriría un infarto.— ordeno hacia la familia.

— Entiendo.— murmuro su padre de brazos cruzados.— ¿Habrá más inyecciones o medicamentos? — increpó referente lo hecho en esta consulta a domicilio.

— Haré una receta de aquí a dos semanas, luego, recomendaría que vaya a la clínica.

— Comprendo.— asintió nuevamente.— Vamos abajo para que me la des y que discutamos tus honorarios.— pidió abriendo la puerta.

El médico se despidió de Honey recordándole las indicaciones que le dio, se despidió también de los gemelos y siguió a su padre fuera de la habitación. La azabache suspiro por décima vez en lo que va de hora al quedar a solas con sus hermanos.

Estos no irrumpieron el silencio y solo se mantuvieron al margen.

Dos días más han pasado, el asistente transformado murió en manos de su padre y este lo pico en varios trozos que esparció por el despacho de Byron.— le contó el chismoso de Axel.— mientras Alister ayudó a detener a los guardias. Las tensiones fuera de su casa continúan, Byron a pesar de ver todas las amenazas puestas no ha contraatacado o buscado diálogo alguno.

Entre los tres — los gemelos y ella.— han teorizado como terminara la situación habiendo múltiples condiciones; la muerte accidental de Byron, un golpe de estado contra su liderazgo, una venganza exitosa sin muerte, llevar al clan a la ruina, irse del clan

...todas las opciones exceptuando la de "sin muertes".

— ¿Ustedes no tienen cosas que hacer? — le pregunto a sus hermanos. No fue de ninguna forma borde si no, una inquietud pequeña.

— No.

— Nada que recuerde.

Evito levantar una ceja y se recostó de nuevo. La visita del médico fue tensa pero ayudo bastante, le harían un control a partir de ahora, además de que le puso varias inyecciones para reforzar sus defensas y cambió sus vitaminas para una pronta y verdadera recuperación; reconoce anhelo de sentir plenitud es su cuerpo nuevamente.

«Un paso a la vez.» busco consolarse.

— Miel.— sintió frío pero lo ignoro fijándose en la cercanía de Axel.— ¿Ya tienes hambre?, ¿Te sientes en condiciones de bajar a comer? Padre no tiene que amenazar o extorsionar a nadie, la perra de nieve y yo tampoco tenemos nada urgente...Podemos almorzar juntos.— ofreció con una gran sonrisa.

— Si sigues llamándome "perra de nieve" te haré sufrir, zorra.— advirtió Alister.

Recordó por quienes es tan grosera.

— Me encantaría.— confeso buscando sacar una pequeña sonrisa.

Dejando que los gemelos se calentaran un poco con sus usuales amenazas se levanto con ánimos de comer, o al menos compartir la mesa con su familia. Bajando las escaleras el vacío de Lucian se hizo presente otra vez pero tal como vino lo desplazo abruptamente.

Confía en su padre.

Suspiro viendo todavía la disputa de los gemelos, llegaron de forma sorpresiva al comedor sin golpearse. Danielle poco después apareció, viéndose con más energía y ánimos que el día de ayer; sirvió diligentemente lo que viene siendo el almuerzo por la hora.

Honey Sei. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora