Capítulo 36.

6.6K 359 80
                                    

Reescrito.

— ¡Greyson!



— ¡Greyson!



— ¡Greyson!



— ¿Greyson? —Calum agitó su hombro para llamar su atención. El pelinegro alzó la vista aún desorientado.— ¿Estás bien?

— ¿Qué...? — Greyson parpadeo para centrarse en lo que parecía que hacía. Se halla sentado en su despacho, las cortinas estaban corridas dejando entrar el sol.— ¿Dónde...está Miel?

— ¿Quién? — Calum frunció el ceño confundido.— ¿Era uno de los apodos de tu última chica? —indago.— Porque recuerda que terminaron su contrato y se fue, Greyson.

— No, no...— se levantó aún sintiéndose desorientado. Se dirigió a las ventanas para tapar el sol porque ella le moles....¿Por qué no quiere que entre el sol? — Hablo de...— ¿De quién hablaba?— ¿Dé que estábamos hablando, Calum? —preguntó girándose en torno al castaño quien lo miraba con cierta preocupación.

— Estábamos terminando de organizar las cosas del clan antes de que te vayas.— le recordó tomando uno de los papeles del escritorio. Estaban pasando las cosas legales a nombre de Calum.— Ya sabes, si aún recuerdas que quieres viajar por el mundo en busca de tu pareja.

— ¿Por qué...c-cambiaría de opinión? — indagó regresando a su lugar para firmar.

Es el "gobernador " de un pueblo, necesita dejar todo arreglado para evitar que humanos vinieran a husmear sobre las reformas que hacen por la expansión del territorio y demás cosas que debería llevarse a cabo con el ministerio para los permisos.

— Esta idea te la metió tu hermano, Greyson. Quieres probarle que la encontrarás y claro que lo harás pero a su debido tiempo.— se cruzó de brazos viéndolo firmar sin importarle su opinión.— Yo no la he encontrado.

— Y tienes alrededor de seiscientos años ¿no? — lo refuto alzando la vista de los papeles.

— No te diré mi edad.— advirtió manteniendo su postura.— Y es muy grosero de tu parte decirme eso.

— Solo lleva esto a la legislación más cercana.— exigió entregándole todo el papeleo.— Recuerda asesinar a todos los presos de mi calabozo y por favor, dile a Frederick que se queda a cargo de los últimos detalles de la tercera planta.

— Creí que de esos detalles te encargarías tu antes de irte en tres días.— Calum comento por lo bajo siguiendo al mayor que tomó camino fuera del despacho.

— Iré al clan de Byron antes de irme.— aviso. Calum se percató que algunos de los empleados bajaban con la única maleta que Greyson se llevaría.— El cuarto hijo de Infamius Moore nació.

— Pensé que no irías al nacimiento...— volvió a murmurar alzando la vista hacia el pelinegro.— Para evitarte la cara de Byron y todo eso.

— No tengo que ver precisamente a mi hermano. Solo adelanto las cosas.— se encogió de hombros.— Paso. Veo al infante, le doy un obsequio, me quedo a cenar y aprovecho para preguntarle a Infamius sobre mi futuro y, en torno a lo que me diga fijo mi primer destino.— narró sus planes saliendo de la mansión. La mayoría de empleados presentes se inclinaron en respeto como despedida para él.— Adiós, Calum.

Honey Sei. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora