Capítulo 30.

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Reescrito.

Durante el largo baño Honey logro poco a poco entender como conectar los sonidos de la criatura para entenderla. Los Sei Dunkel hablan su propio lenguaje completamente incomprensible, se decía en la poca información de los libros que solo otro Sei Dunkel entendería; y allí estaba la azabache concentrado toda su oscuridad para traducir.

Celebro al logarlo, se arrepintió luego al no saber como apagar el modo traductor.

Ahh.. «Ayudarme...»— repitió la Sei Dunkel a Honey.

— Ya sé.— gruñó la azabache terminando de atar su bata de baño.— Ya te oí, y ya dije...que te voy a ayudar...solo dame tiempo para preguntarle a Marina.

— ¿Ah? «¿Marina?»

— Marina es quien puede quitar la barrera.— explicó cortamente.

Aaahh... «Decir que nos ayude» —exigió.

— No puedo decírselo así a la ligera.

AH. «Hablaré yo con ella.» —se ofreció apuntándose a si misma interponiéndose en el camino de Honey de abrir la puerta.

— Sin ofender, pero me parece una terrible idea.— masculle empujándola casi sin tocarla para abrir la puerta, al hacerlo se encontró de cara a la mujer mayor que traía un vaso de sangre en su mano libre y que dejo caer tan solo ver la figura sombría y alta junto a Honey.—...esto es más terrible todavía.

— Oh por mi bastón...— Marina se aferro al objeto con la boca abierta pasando su mirada entre ambas criaturas de la misma especie sin podérselo creer.— ¿Ella es...? —Marina la apunto.

— ¿Ahh? «¿Ella es Marina?» —La Sei Dunkel imito a la bruja apuntándolo tal como ella hacia, ambas miraban a la azabache esperando una respuesta.

— Que alguien traiga alcohol y una pistola.— susurro Honey pasando de Marina para dirigirse al sillón sin salida alguna de la conversación directa a menos que alguien consiga una pistola.

La Sei Dunkel la siguió de cerca y Marina aún sin poder digerir su asombro también lo hizo. Menos mal que siempre traía ese bastón consigo. La mujer mayor hizo el amego de ir por Clarissa para limpiar la sangre derramada además del vaso pero le pareció mucho más importante oír a Honey que buscar a la Chica de la limpieza.

— Dime que no es lo que creo que es, Sötét.— pidió la bruja sentada frente a Honey y la criatura dándole una mirada a esta nada disimulada.

— Marina, te presento a mi amiga, ya sabes la asesina de Saki y veinti-tantas otras personas.— señaló a la criatura a su lado.— Arreglárselas entre ustedes.— bufo sintiéndose exasperada sin siquiera haber iniciado, ya se imaginaba el dolor de cabeza que tendría.

No obstante Honey debió explicarle a detalle la nueva situación a Marina debido a que la Sei Dunkel no quiso cambiar de forma para hablar de tú a tú con la bruja. Ella le explicó a Honey que se debía a que no se sentía muy segura y cambiar a una forma menos hostil podría hacerla blanco de cualquier cosa aunque fuera pequeña. La azabache siguió relatando lo poco que sabía sin sacarle ninguna pregunta a la Sei Dunkel dejándola casi en segundo plano para centrarse totalmente en Marina y sus reacciones.

No estaba mostrando mucho de como digería lo que le decía.

— Lo que no estoy entendiendo es porque no llamas por su nombre a ella.—interrogo Marina apuntando con su bastón desconcertando a Honey. De todo lo que le estaba diciendo, ¿era eso lo que tenia que decir? — ¿Por qué pones esa cara, Sötét? Por muy desinteresados que sean los Sei Dunkel, no tener nombre creo que es extremo.

Honey Sei. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora