Reescrito.
Hay momentos de nuestras vidas que la podemos describir como si estuviéramos en un delgado y fino hilo muy susceptible a romperse; este es uno de esos momentos para Honey quien se encuentra entre la delgada línea de la cordura y la desesperación mientras ella con Karter tratan de oír lo que pasa en el despacho.
— Ya llevan cinco minutos en silencio. — murmuró Karter en la misma posición que Honey con un vaso contra la puerta del despacho.
Las manos de la azabache sudaban en frío haciendo difícil la tarea de sujetar el vaso de cristal contra el oído y puerta. ¿Por qué tanto silencio?, ¿Hablaban por telepatía? No, muy ridículo. Byron no posee don y el de Greyson es otro.
— Esto me inquieta.— admitió la chica.
— ¿Crees que nos descubrieron? —Karter indaga con leve preocupación para no decir que mucha preocupación; no conoce a su tío muy bien pero de lo poco que ha oído de su padre no lo deja estar tranquilo.
Sabe que si su tío realmente lo quiere no podrán llevarse a Honey de aquí.
— No estaríamos hablando de ser así.— susurro Honey un tanto alterada, sapegato Karter.— A decir verdad, yo no estaría caminando. — Murmuró aún más bajo casi como si aquello fuera para oídos de su cabeza.
Necesitaba ser positiva, su tío Byron no le fallaría, no la dejaría a merced de su hermano sobre todo en el estado de ánimo que debe tener; Greyson podría azotarla con el cinturón y quitarle la ropa hasta el siguiente año o peor...¿Qué es peor? La mente de ella todavía no lo imagina.
Intentaron buscar otro punto en la puerta donde pudieran oír, el silencio era asfixiante entre ellos, ambos tenían muchas preguntas que necesitaban respuestas. Honey necesita saber que pasara con ella y Karter quiere saber qué estaba pasando ella.
— ¿Él te maltrato, Honey? —La nombrada caso dejó caer el vaso por la pregunta.
— No es momento.— divago dándole la espalda.
— Solo asiente con la cabeza, no necesito toda la lírica.— bramo— Simplemente quiero saber todo lo que pasaste por mi culpa.
— ¿Tu culpa? — ahora él le calla por la subida de voz tan repentinamente.— ¿Volviste hablar con los libros?
Pregunta seria.
— Un poco con los de Sherlock nada más.— confesó moviendo el vaso «Lo sabía»— Eso me llevó a muchas estúpidas conclusiones sobre dónde estabas.
— Sorpréndeme.— pidió que soltara sus fantasías.
— La más loca: que terminaste en una manada.— juró que si corriera sangre en su organismo, él estaría sonrojado por lo dicho.
No está tan alejado de una realidad alterna, si hubiera podido llegar a más Cody tal vez si estaría en una manada ahora mismo.
— No ha sido tan malo — mintió para que se calmara.— Tú tío es un desgraciado pero tiene momentos que se puede sobrellevar.
— Mi padre no lo sobrelleva ni el mismo diablo en este momento.— por lo dicho, ella se acercó a Karter y claramente a través del vaso se escucharon los semejantes gritos endemoniados.
