Capítulo 08.

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Reescrito.

«— ¡Greyson para! —trato de evitar que se acercara pero eso era inevitable.

— Di lo que quiero oír...— repitió encima de su cuello.

— No lo voy a....¡No! —chillo cuando el mayor encajó sus colmillos en su clavícula con fuerza excesiva al principio, Honey le puso las uñas encima con todas sus fuerzas queriendo que sintiera un poco de lo que ella sentía ahora.— Duele...

— La disculpa te dolía más ¿no? —musito separándose momentáneamente de ella, lamió la herida haciéndola retorcerse y luego acarició su cabello buscando su atención en los ojos sollozos de ella. Abuso un poco.— Quizás descansando un poco...Te portes mejor

Honey al abrir los ojos pudo salir del último recuerdo que vivió antes de quedarse dormida en la cama con él moviéndose a su alrededor. La sangre que le quitó de manera rápida, el mareo y su debilidad la llevó de manera fácil a perder el conocimiento a medias. Ella fue consciente del movimiento de Greyson por la habitación; le quitó la ropa que le quedaba, la acomodó y puso algo en su tobillo antes de tirarse con ella como si fueran algo.

El recuerdo fue más vivo cuando tocó donde la había mordido, ella miró por toda la habitación para notar la soledad y las cortinas dejando pasar la mínima de luz. Al menos no la dejo durmiendo con la claridad del día.

Unos toques la terminaron de espabilar.

— Adelante.— contestó sujetando con fuerzas las sábanas a su cuerpo.

— Permiso.— de la puerta una chica castaña apareció con prendas en sus manos y encima una bandeja con comida. Detrás de la chica Travis se hizo aparecer como la cara de odio de la azabache.— Buenos días....

— ¿Qué haces aquí...? — Honey se incorporó notando de inmediato algo pesado sobre su tobillo, Travis se fue acercando a ella como la chica que se detuvo frente a ella dándole una reverencia.

— Soy Clarissa, señorita.— se presentó.— El señor me puso a su servicio, lo que necesite me lo puede pedir o si quiere hablar...

— Quiero salir de aquí.— musitó sería.— No vayas a tocarme, Travis.— amenazó al chico que iba a tomar su pie.

— Yo no puedo hacer eso. Señorita.— se disculpó la chica dejando una ropa en la mesa y girando de regreso al intento de Travis de no ser golpeado por un pie de Honey al intentar tomar su tobillo.— Si no necesita otra cosa...

— Sal.— ordenó Travis destapando la pesadez que sentía Honey. Tiene una cadena a su tobillo, pesaba pero al mismo tiempo estaba cubierta con algo suave que no la lastimaría al jalar.— Liberaré a la bestia, necesitará golpear alguien y apuesto que no querrás...— Clarissa ya había dado una reverencia para dar vuelta y huir de la habitación.— Eso creí, ahora Honey, quieta.— le intento dar una patada en respuesta.— ¿No te quito la cadena? —ella dejó de moverse.— Eso creí...— Travis destapó su tobillo y con la llave que tenía prosiguió a dejarla en libertad en pocos segundos.—...List..¡Auchs! ¿Qué te pasa? Te hice un favor.— se quejó cuando el pie de ella impactó en su pecho.

Honey ignoró sus quejas para revisar su tobillo, estaba algo enrojecido pero pudo estar peor. Uso la sábana como una toalla para cubrir su falta de poca ropa, le dio un vistazo a lo que la chica le trajo. Era un conjunto de ropa interior gris y un vestido simple y algo...Aniñado. Honey luego de ver lo que tenía lo soltó de inmediato y busco con su mirada al chico de ojos grises.

Honey Sei. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora