Reescrito.
¿Por qué?, ¿Por qué carajo acepto volver a esa posición incomoda? Ha sido guardia muchos años, últimamente Roy admite que su vida se había estacando un poco cuando fue relegado al calabozo personal del líder pero jamás deseo realmente la emoción — las emociones — que vivió como guardia de Honey.
El profesionalismo lo estiro todo lo que pudo pero hubo momentos que fue sacado de sus casillas, agredido y claramente la gota fue ese traumático evento. Seguir trabajando con el líder, en el mismo lugar donde ella esta ya es considerado mucho de su parte, Levi ansiaba renunciar pero el dinero que se gana como guardia no tiene mucho lugar para compararse.
No es ambicioso pero le gusta sus comodidades aunque sabe que no acepto volver por ello.
Lo supo en cuanto entro a la habitación de la chica a tratar de cumplir su deber, no pasaron más de diez minutos en paz.
— ¿Tengo algo en la cara? — inquirió Honey tan irritable como siempre.
— No, señorita.— contesto neutro.
— Deja de mirarme entonces.
— No lo estoy haciendo.— aseguro.
— ¿Quién me mira entonces? — cuestiono desde su tocador. Lo miro directamente haciendo complicada la tarea de su sirvienta.— Emily me esta peinando y no me mira así.
Roy sintió deseos de ahorcarse.
— Cumplo con mi deber, nada más.
— Tu deber que recuerde es estar en mi puerta.
— No estoy para vigilarla sino para cuidarla.
— ¿Y quién te cuida a ti?
La vena de su frente palpito ante esa pequeña amenaza.
— ¿Cree que ahora mismo necesito que me cuiden? — inquirió.— Usted requiere más mi ayuda que yo.
— ¿Ah, si? — Honey se giro por completo, Emily tuvo que detenerse. Roy recibió los duros y oscuros ojos púrpura de ella directamente.— Cuéntame, ¿Por qué te necesito?
— Dios, basta.— Emily intervino, puso su mano en el hombro de Honey y alzo su mano hacia Roy.— Señorita, por favor, no maltrate a Roy por su dolor de cabeza. Roy, tu perdona, la señorita Honey...no se siente bien.
— Con él aquí...¿Cómo podría sentirme bien?
— Su horrible genio es conocido para mi, Emily. No tienes que excusarla.
La transformada suspiro viendo imposible detener la tensión que sienten el uno por el otro. Es palpable una riña, una que va más lejos que el incidente de anoche.
— Dejemos algo en claro.— la azabache se levanto de su lugar yendo directo a él, Honey anoto su tensión ante el acercamiento.— Si no tengo un collar ni he sido arrastrada al pasillo para ser azotada es porque cerraste la boca.— aclaro.— Aunque me pregunto un poco el porque es obvia la razón.
Roy quedo atónito por un segundo, ¿Cómo ella tendría una respuesta que él no ha podido hallar?
— ¿Eso cree, señora Caprand?
Ahora fue el turno de las venas de Honey en hacerse notar.
— Eres un cínico hijo de perra, sabes.
Quedo de piedra.
— ¡Señorita! — Emily se precipito entre ambos.
— Yo no le agrado y usted tampoco.— aclaro Roy manteniendo su compostura, es mejor que ella, unos insultos no lo van alterar.— Sin embargo, debería ser un poco agradecida ¿no le parece?