Reescrito.
Ignoro a Greyson para mirar al chico:— Ya bajo.
— Dije que no.— repitió cabreado en un alto nivel. No le sorprendería en lo absoluto a Honey.
— Tú no decides por mi, ahora regreso...— bufo pero antes de dar un paso Greyson la había tomado bruscamente del brazo.
— No te vas hasta terminar con esto, por una puta vez vamos a terminar bien una discusión...— acerco su cara a la de ella para que lo entendiera. Con la firmeza y dureza con la que la sostenía lo entendía perfectamente.
— Me estas lastimado, Greyson— él lentamente le soltó el brazo.— Eres un bruto, con más razón me voy para que esa vena se deshinche.— señalo su frente para que supiera que tan estresado se encontraba y también podía deducir como tenía el dolor de cabeza.
— Tú eres la responsable.— acusó cuando empezó caminar hacia el muchacho para salir.
— ¿Crees que eso me quita el sueño? —interrogo girándose una última vez hacia él.— Tus necesidades no son mi problema.— declaró saliendo y cerrando inmediatamente la puerta antes de obtener una respuesta y una acción que perjudique su integridad física.— ¿Dónde esta Marina? — le preguntó al joven llamando su atención.
Este parpadeo tratando de buscar las palabras, Honey distinguió miedo proviniendo de él. De manera descarada aspiro absorbiendo el sentimiento, eso ayudo a canalizar su ira.
— Si..sígame-e...— pidió caminando hacia adelante en dirección opuesta a las escaleras.
— Si esta en mi habitación te aseguro que se llegar.— susurro tomando el camino que creía pero aquel humano siguió de largo de su puerta.
Honey camino tras él introduciéndose más en el extenso pasillo, la azabache estaba segura que Marina no quería decirle nada en...aquella habitación de...aja. Ya sabemos cual habitación; sin embargo, la sorpresa tiño por un segundo el rostro de Honey cuando el chico giro hacia la izquierda para tomar las pequeñas escaleras que guiaban hacia arriba, a la tercera planta. Lo siguió con el ceño fruncido, ¿Por qué ahí?, ¿Qué va a decirle?
Cuando llegó a la tercera planta buscó de inmediato la figura de Marina, camino un poco dándole la espalda al humano que se quedo al lado de la escalera.
— Aquí no hay nada.— Honey se giro hacia él y sintió que su miedo volvió a elevarse.
— Mi familia vive en la ciudad, en Calgary— se apuro a decir aproximándose peligrosamente a ella.— Lo hago por ellos soy el único sustento y...
— No des un paso más.— advirtió con seriedad. Honey saco sus ojos a relucir haciéndolo alzar sus manos con temor.
— Señora, por lo que más ame no vaya a grita...
— Señorita.— corrigió profundamente.
— Solo acepte esto.—el chico saco una carta de su pantalón, se la extendió temblando. No podía culparlo, era sólo un humano ante su oscuridad que estaba mostrando para intimidarlo— No sabe mi nombre, que siga así.— dijo con rapidez— Solo cumplo por el bienestar de mi familia, no soy el traidor soy un simple humano, señorita, enserio.
— Es obvio que no eres el traidor.— bufo con evidencia arrebatándole la carta.— Estas temblando del miedo como una cucaracha...— murmuro para si misma pero claramente el chico escuchó.
— Léelo y ya.— repitió mirando las escaleras. — Por favor, estaré en el jardín en la noche si desea enviar una respuesta.— al terminar de dar indicaciones, casi memorizadas se alejo como si tuviera la intensión de correr lejos.