— Linda, levántate, debemos irnos— me quejo en voz baja y me giro, dándole la espalda al muchacho.— Charlie, tenemos que ir a casa, ¿O ya lo olvidaste?
Me reincorporo con rapidez y miro espantada el reloj en la mesita de noche a mi lado. 7:34 AM, decía el aparato electrónico en numeros grandes y verdes.
Como resorte salgo de la cama y corro hacia el baño.
Cierro la puerta a mis espladas mientras escucho reir al ojiambar. No sabía por qué lo hacia pero no le tome importancia. Me despoje de mis ropas y encendi la ducha, al instante, el agua fría cayó sobre mi rostro, causando un brinco de mi parte. Sin desperdiciar mi tiempo restrego el jabón contra mi piel y lavo mi cabello.
Cierro mis ojos para evitar accidentes y masajeo mi cuero cabelludo. La sensación es gratificante pero decido ignorarla y terminar cuanto antes. No me gustaba ser impuntual.
"Buenos dias, princesita."
Mi respirar se detiene de manera abrupta y mis ojos se abren, esto, dejando que el Shampoo caiga en mis ojos.
Siseo con irritación y los abro para dejar caer agua en ellos. Restregandolos debido al ardor.
"Un poco inutiles estamos hoy, ¿no?"
La burla en su voz me intimida y no noto cuando mis movimientos se detienen por completo.
"No, siempre has sido así. Inutil~"
Risas vacias resuenan en mi cabeza y me desbalancean. Tengo que recargarme de la pared para evitar caer.
‹‹No es real.››
Me repito varias veces, esperanzada de que la irritante voz desapreciera.
— ¿Charlotte?— mi atención se centra en la voz de Will, y con eso, la voz en mi cabeza queda en el olvido.
— ¡Ya salgo!— suspiro aliviada por lo bajo y saco toda la sustancia de mi cabello, después de eso aplico un poco de acondicionador para suavizarlo.
Luego de cinco minutos ya estoy fuera de la ducha y envuelta en una toalla, mirando el suelo sin saber por qué o para qué.
— No te llevaste ropa— la voz masculina vuelve a traerme a la realidad.
Miro la puerta y veo su mano extendida hacia mí con un vestido y ropa interior. Su cuerpo oculti por la puerta no me deja ver su expresión y eso me pone más nerviosa. Sonrojada tomo las telas con manos temblorosas.
— ¡Tonto!— semi grito entre la vergüenza y el enojo.
— Ya, ya. Vistete, tenemos que irnos enana.— ruedo los ojos con un puchero y me visto cuando cierra la puerta, no asomando su cabeza en ningún momento.
— Idiota pervertido— refunfuño abrochando mi sostén.
Bufo y cepillo mi cabello para luego salir, el traje purpura de tirantes perfectamente liso cubriendo mi torso y muslos. Moviendose sutilmente a cada pasi que doy.
— En mi defensa, te estabas tardando demasiado.— lo fulmino y tomo mi mochila. Era de cuero negro y contenía ropa, artículos personales, dinero y mi telefono celular junto a su cargador y audífonos.— Además, yo fui quien te acompaño a comprar ese vestido al igual que la ropa interior. No se por qué aún sigues avergonzandote por este tipo de cosas conmigo.
— Porque eres un hombre, William— digo obvia mientras reviso que todo este en la mochila.
— ¿Y? Es ropa, no hay nada extraño. Yo uso ropa, tu mamá usa ropa, todos usan ropa. Hasta los perros usan ropa.— se encoge de hombros y veo que esto no llegará a nada. Nunca llegaba a nada y odiaba cuando pasaba eso. Siempre me ganaba en los argumentos sin yo poder hacer nada.
— Contigo no se puede— cierro la bolsa rodando los ojos y camino hacia la puerta.
— ¿Otra vez la misma frase?— le miro de reojo cuando abre la puerta para mí.— ¿no se te ocurre nada nuevo como..."Eres un genio, nadie puede vencerte"?— bufo tratando de ocultar mi sonrisa ante su mala imitación de mi voz. Salgo de la habitación antes que él sin mirarle.— ¿Ya no estás molesta?— su rostro aparece a mi lado y me niego a reír ante lo tonto que luce bajando su cuerpo a mi nivel. Tomando en cuenta lo alto que es, al menos comprado conmigo.
— ¿Tu padre viene por nosotros o trajiste auto?
— Papá ya está abajo esperando por nosotros— apresuro mi paso y bajo las escalera a saltitos.
¿¡Por que no lo dijo antes!?
— ¡Adiós madre, adiós padre!— me despido de mis padres, quienes estan sentados en la sala mirando alguna película en la pantalla plana.
— ¿Eh?— papa me mira con fundido y luego fulmina con su azulada mirada a William— ¿A dónde crees que vas?— me detengo abruptamente— Charlotte.
— ¿No se lo dije?— pregunto más para mi misma que para él. Cierro mis ojos y frunzo el ceño, retorciendo mis labios en exagerado sufrimiento.
— No, no lo hiciste. ¿A donde ibas?
— Me acompañara a visitar a mi hermana, Señor.— al instante el ambiente tenso se difumina y a mi madre se le ilumina el rostro.
— ¡Oh! ¿Como está? Hace mucho no se de ella. ¿Ya se casó?— mi padre pregunta algo más relajado. Pero no puedo evitar hacer de mis labios una linea fina.
¿En serio?
Es decir, hasta yo sabía que se había casado y hasta tenía una niña. Que no supiera con quien ni conociera a la pequeña era otra cosa aparte. Lamentablemente, para la epoca de su casamiento, mis padre y yo aún viviamos en América, al igual que los padres de William. La razon por la que no pudimos ir a vistarla fue simple: mi padre habia adquirido nuevas acciones y expandido su empresa. No podiamos abandonar el país sin que las cosas estuvieran estables, algo que tomo varios años.
— Sí, incluso tiene una hija.— mi padre abrio grande sus ojos y miro a mi madre con sorpresa.
— ¿Pero no era una chiquilla apenas unos años?— el pelinegro murmura desconcertado y rio un poco.
— Ya debe ser toda una mujer Nicolás. El tiempo pasa cariño— la mujer le sonrie con amor y luego me mira— ve, y la saludas de mi parte.
— P-pero— Papá frunce el ceño y trata de refutar la decisión de mi madre.
— Cállese— Ana tapa la boca del pelinegro y nos mira con amabilidad— ¿Cuando vuelven?
— En cuatro dias deberíamos estar aquí, el lugar no es muy lejos— mamá asiente y papá sigue tratando de sacar la mano de la rubia. Seguramente para decir algo en contra de la situación, lo veo en sus ojos.
— Bien, y ¿donde queda ese lugar?— mama fulmina al pelinegro y este al instante deja de luchar.
— Emh...— el castaño sonríe nervioso y mira el suelo— esta vez iremos a la casa del cuñado de mi hermana, ellos se estan quedando allí hace un tiempo. No sabría decirte donde queda, lo lamento.— Nicolás vuelve a removerse con desespero y fulmina a William, aunque parece enojado, no puedo evitar pensar que luce gracioso— Pero, me aseguraré de mandarte un texto con la ubicación tan pronto estemos allí.
— Entonces, la dejo en tus manos. Tengan un viaje tranquilo y seguro y se me cuidan mucho. Me llaman tan pronto lleguen y recuerda saludarme a tu hermana, también a tus padre. Ahora, vayance que no podre mucho más con esta bestia— mamá ríe y me lanza un beso, mueve la cabeza hacia la puerta y luego vuelve su atención a papa— ¡quedate quieto ya, Nicolas Garay!
Rio junto a William y ambos salimos a nuestra máxima velocidad de la casa. Como dijo William, su padre ya estaba afuera esperandonos. Nos montamos en el coche, y al instante el castaño mayor aceleró el vehículo, riendo con nosotros al escuchar el grito agonizante de mi padre a nuestras espaldas.
"Veamos cuanto duras, princesita."
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La muñeca del pasado
Vampiri"Tengo mucho miedo..." "¿A qué?" "A mí misma." ..... "Por favor, no se vayan." No me dejen caer. Ella quiere vencerme...y lo está logrando. Segunda Temporada de 'Esclava de su palabra'. Contenido relacionado a enfermedades mentales tales como la bip...