— No te estoy pidiendo permiso, te estoy avisando.— declaro sin la mínima intención de sonar brusco ni prepotente. Las discusiones con el tío Yong eran tediosas y agotadoras. Él no quedaría mal y yo tampoco, ¿Entonces de qué valía tan siquiera intentarlo?
— No puedes hacer lo que se te de la gana Seung. ¡Tienes una manada por la que velar!— lo mismo de siempre. Ya me lo sabía de memoria, no necesitaba que me lo recordaran.
Por cualquier cosa que no estuviera bien con él, me repetía la misma dichosa frase. No era que le quitara valor, porque de por sí entendía el peso que tenía. Pero no podía negar que ya empezaba a fastidiarme.
Me lo decía como si yo fuera irresponsable e hiciera lo que me diera la gana de verdad. Como si no pensará en cada decisión que hacía a cada maldito minuto. Como si a mí no me importara mi propia manada. Como si yo no supiera que soy un Alpha y que tengo responsabilidades.
A estas alturas, la frase ya me sonaba a insulto.
— Ya lo he decidido.— respondo tajante, mirándolo brevemente y haciendo una pequeña reverencia con la cabeza antes de empezar a caminar hacia la salida. Mis pies pisando el suelo con ira reprimida.
No podría cambiar mi manera de pensar, así que quedarme aquí era una perdida de tiempo. Algo que ahora precisamente no tenía.
— Seung. Seung no te atrevas a darme la espalda. No hemos terminado. Tienes muchas opciones. Muchas mujeres de las cuales escoger aquí en la manada. No tienes nada que buscar de afuera, mucho menos en esa raza.— me detengo en seco y suelto aire, mirando la puerta fijamente mientras trato de contenerme.
— Te recuerdo que soy parte de esa raza y por eso esta manada está donde está — mi tono suena algo cortante y al instante me retracto. Sintiendome culpable al hablarle asi a él. El hombre que me había hecho lo que era hoy.— Mira Tío, sabés que te aprecio mucho, pero esto es importante para mí. Antes de llegar aquí yo ya tenía a una mujer y no pienso darme por vencido con ella. Ahora necesita mi ayuda y voy a darsela.
— ¿Todo esto es por esa tal Lucia? Nunca me contaste que sucedió realmente.— la demanda y agresividad en su voz desaparece notablemente y pasa a ser un tono más comprensivo.
— Te lo contaré todo cuando la tenga conmigo.— sin ver un futuro a la conversación me voy de allí y me dirijo a mi único destino.
Esta vez sí la ayudaría, no la cagaria. Ahora sí era fuerte, podría tomarlo todo de frente y protegerla.
Incluso de mí.
××××××××
— ¡Por favor! ¡Tío!— tomo aire y miro a la niña hecha un desastre de lágrimas saladas y gritos desgarradores.
No era una imágen placentera para mí. Joder, me estaba destrozando el corazón en pedazos. Khloe no se había callado ni un segundo y cuando llegó al coche junto a su madre, no hubo Dios ni Diablo que acallara su alma en pena.
— Cálmate.— repudiando mi debilidad tomo asiento junto a la niña y pongo su cinturón mientras le murmuro que dejase de llorar.
No sabía que más decirle. En parte yo tenía la culpa de que Gabriela decidiera irse, pero sinceramente creía que sería lo mejor por el momento. Joel no estaba en condiciones de mantener estable una relación y por consecuencia la pequeña sufriría por ello.
Si querían matarse entre ellos, yo no los detendría. Pero que no lo hicieran con mi sobrina de por medio. Sabía que Joel no lo haría, pero Gabriela se veía más que dispuesta a usar a Khloe en contra de mi hermano. Era una mujer peligrosa y desagradable.
ESTÁS LEYENDO
La muñeca del pasado
Vampiri"Tengo mucho miedo..." "¿A qué?" "A mí misma." ..... "Por favor, no se vayan." No me dejen caer. Ella quiere vencerme...y lo está logrando. Segunda Temporada de 'Esclava de su palabra'. Contenido relacionado a enfermedades mentales tales como la bip...