40.- VIKTOR

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Todo era perfecto. La fiesta transcurría con normalidad mientras todos celebraban el regreso de la manada. Morgana estaba espectacular con su vestido rosa, acaparando todas las miradas. Drogo lo sabía y, por eso, no se separaba de ella. Aunque no se hubieran casado, todo el mundo la consideraba ya su reina.

Hacía mucho calor en el salón, por lo que Morgana decidió salir al jardín. Drogo quiso acompañarla pero ella no le dejó alegando que no podía desatender a sus invitados. Él la dejó marchar con una sonrisa haciéndole prometer que no tardaría mucho.

Cuando llegó a la pequeña plaza, se sentó en uno de los bancos. La noche era cálida y silenciosa. Hasta allí no llegaba el bullicio de la fiesta por lo que, por un momento, se sintió relajada. Entonces, notó una presencia y un escalofrío recorrió su espalda.

—Hola Morgana. Cuánto tiempo sin vernos.

Cuando se volvió, se encontró frente a frente con el causante de casi todas sus desgracias. El asesino de sus padres, el que pretendía engañarla. Viktor.

—¿Qué haces aquí? ¿Cómo has entrado?

—No necesito permiso para estar aquí. Esto es un jardín y no tiene puertas —contestó él en tono divertido —. Te ves realmente hermosa.

Él intento acariciarle la mejilla pero ella se echó hacia atrás y le apartó la mano de un manotazo.

—No te atrevas a tocarme o...

—¿O qué? —dijo él levantando una ceja y con tono de burla —. ¿Qué es lo que vas a hacerme? Yo te lo diré. No vas a hacerme NADA, porque no puedes.

Morgana se quedó seria mirándolo fijamente. No se iba a dejar intimidar y menos ahora que sabía como defenderse. Recordando los consejos de Sebastián, bloqueó su mente para evitar que él se la leyera y, seguidamente, comenzó a recitar interiormente un conjuro de protección. Cuando él intento volver a acariciar su mejilla una descarga le echó para atrás.

—¿Pero qué? —preguntó asombrado para, enseguida, recuperar su sonrisa socarrona —. Veo que Sebastián te ha enseñado bien, pero eso no evitará que yo cumpla la profecía.

En ese momento llegaron corriendo Drogo, Jack y Tom. La presencia de Viktor era muy fuerte.

—Vaya —comentó el vampiro —. Así que ahora tienes perros guardianes. Cada vez me sorprendes más.

Morgana les hizo una señal para que no se acercaran. Estaba intrigada por las palabras de Viktor y quería tirarle de la lengua. Ellos le hicieron caso y se quedaron quietos, alerta, por si él intentaba algo.

—Dime, Viktor —preguntó con voz firme —. ¿Por qué estás tan seguro de eso? —Él se echó a reír.

—¿Acaso olvidas tu promesa? —Parecía muy convencido de sus palabras.

—¿Qué promesa?

—Prometiste que te casarías conmigo. ¿Recuerdas? Y no es digno de una princesa el faltar a su palabra.

—¿Acaso crees que sería tan estúpida como para casarme contigo? Me engañaste. Si hubiera sabido toda la verdad, nunca te hubiera aceptado. —Entonces él le mostró un papel, lo que le intrigó bastante. —¿Qué demonios es eso?

—Esto, querida, es el papel que firmaste aceptando nuestro compromiso. Si no lo cumples, podrías acabar en el exilio. Las leyes de este reino son muy estrictas con eso. —Ella se sorprendió.

—Nunca me casaré contigo. —Viktor se rio.

—Oh, sí. Lo harás. La maldición debe seguir su curso. —Ella lo miró intrigada. Era su oportunidad de saber la verdad.

—Parece que sabes demasiado. Puesto que yo soy parte interesada, creo que deberías contarme más sobre la maldición.

Viktor la miró y sonrió. Esa chiquilla tenía agallas y se lo estaba demostrando. Cada vez le entraban más ganas de hacerla su esposa.

—Es cierto. Mereces saberlo. Y quizá ello te haga cambiar de opinión. Cuando pierdas tu virtud, querida mía, el espíritu de tu bisabuelo, el Conde Drácula, te poseerá y te convertirás en la nueva reina de las tinieblas. Por supuesto, yo estaré a tu lado para ayudarte a gobernar tu reino del terror.

—Jamás sucederá eso. ¿Tan loca crees que estoy? —Él se echó a reír.

—Ya cambiarás de idea. Dime, ¿cuánto tiempo aguantarás sin demostrarle tu amor a tu guapo rey? —La cara de ella cambió totalmente. Le había dado donde más le dolía. —No me importa que sea él quien desate la maldición. Aún así, habrá boda. Te doy una semana de tiempo para que te lo pienses. Si no, serás mi esposa por las buenas o por las malas. Y ahora creo que será mejor que me vaya. Tus perros se están empezando a poner nerviosos y no quiero fastidiaros la fiesta. Volveré a por ti. Mi princesa.

Dicho esto desapareció en la oscuridad. Morgana cayó de rodillas al suelo y comenzó a llorar. Drogo corrió a abrazarla mientras Jack y Tom seguían quietos, con la boca abierta. Ninguno de ellos era capaz de asimilar la información que acababan de recibir. Tom se decidió a hablar.

—Esto es más grave de lo que pensábamos. Creo que deberíamos reunirnos con Sebastián con urgencia. Esta información tal vez le ayude a averiguar algo más. Drogo, tú cuida de Morgana. Ella no está bien ahora. Nosotros nos ocuparemos de todo.

Drogo asintió con la cabeza y ayudó a Morgana a levantarse. En cuanto se puso de pie, ella se lanzó a sus brazos. Nunca en su vida se hubiera podido imaginar el futuro que le esperaba. Ambos se quedaron llorando, en silencio, durante un largo rato. Después entraron en el castillo por la puerta de atrás para ir a su habitación. No querían que nadie les viera así.


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Jack y Tom se apresuraron en llegar a la habitación de Sebastián. Éste ya les estaba esperando. El aura de Viktor era maligna y muy poderosa y, a pesar de que se encontraba en el jardín, se dejaba notar en cada esquina del castillo. Estaba deseando saber qué había provocado que él se acercara tanto.

Conforme Tom iba avanzando en su historia, el rostro de Sebastián, normalmente impasible, se iba tornando de serio a preocupado. Aquello era muy grave. El Conde Drácula había sido el vampiro más cruel y sanguinario de la historia. Según los libros, fue su propio hijo quien acabó con él harto de ver atrocidades a su alrededor. Si Drácula tomaba posesión del cuerpo de Morgana, sacaría su lado vampiro haciéndola aún más poderosa de lo que ya era. Las consecuencias podrían ser desastrosas.

EL REINO PERDIDO. PARTE I (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora