EL REINO PERDIDO. PARTE I (TERMINADA)

42.- CONFUSIÓN

Dorothy abrió la puerta con violencia interrumpiendo a la pareja en mitad del acto. Viktor se volvió hacia ella enfadado.

—¿Se puede saber qué te pasa? ¿Quién te crees que eres?

—Alguien con cerebro y no como tú, imbécil. Lo has estropeado todo.

—¿De qué demonios hablas? Tengo a Morgana en mis manos. Ella se comprometió conmigo y pronto será mi esposa. —Dorothy se echó a reír.

—¿En serio lo crees? Tu compromiso no vale nada.

—¿Y qué te hace estar tan segura?

—El que ella ya estaba comprometida desde que nació. Y con Drogo, nada menos.

Viktor se quedó en silencio unos instantes. Eso no se lo esperaba.

—Y aún hay más. Ella se dirige a ver a Camile.

El rostro de Viktor cambió de repente. Todavía tenía una oportunidad. Con una sonrisa socarrona se volvió hacia la mujer que compartía su cama.

—Querida. Creo que ha llegado el momento de que vuelvas con tu familia.

—Con mucho gusto —respondió Elisa con una gran sonrisa.

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Tras la reunión con su madre, Morgana se sentía mejor por lo que aceptó ir con Drogo a dar un paseo. Ana se había esmerado mucho con el maquillaje y su cara lucía radiante. Allí por donde pasaban, todo el mundo les sonreía y se alegraban de verles felices.

Drogo se había olvidado por completo del protocolo. Ya no la llevaba del brazo. Paseaban como una pareja de enamorados tomados de las manos e incluso abrazados. Él no paraba de hacerle mimos y bromas. Sólo quería verla feliz. Morgana volvía a marcharse al día siguiente y quería aprovechar el tiempo con ella.

—¿Así que comprometidos? —preguntó con una sonrisa burlona.

—Eso parece. Pero no te hagas ilusiones.

—Cosita, la ilusión nunca me la podrás quitar.

Ella sonrió tímidamente. Adoraba a ese hombre.

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Sólo hacía una hora que Morgana se había marchado y ya la echaba de menos. Estaba con Jack en el despacho, organizando las patrullas, cuando un gran revuelo atrajo su atención. Rápidamente salió de la habitación con Jack tras él. 

La gente corría asustada. ¿Qué estaba pasando? Sin pensarlo dos veces se dirigió a la entrada del castillo. Lo que vio lo dejó mudo.

—Drogo, mi amor. Por fin volvemos a estar juntos.

Elisa se abalanzó hacia él quien puso la mano en medio para evitar que se acercara.

—¿Qué haces aquí? —preguntó con una mirada fría que a ella no le sorprendió.

—Así que ¿así están las cosas, no? No te preocupes, no he venido a rogarte.

—Entonces, ¿a qué has venido?

—A ocupar mi lugar como reina.

Drogo no podía creer lo que estaba oyendo. Elisa lo miraba con una sonrisa triunfal mientras él se cargaba de odio. Entonces se dio cuenta de que los lobos habían acudido e hizo una media sonrisa.

—¿Realmente crees que te vas a salir con la tuya? Te recuerdo que estás en total desventaja. Da un paso en falso y los lobos acabarán contigo. —Ella se echó a reír.

—Eso no pasará, mi amor. A menos que no quieras que Lorie vuelva contigo.

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Los llantos de Lorie se oían por todo el castillo de Vrobnik por lo que a Dorothy le estaba empezando a doler la cabeza. ¿Cómo se había dejado engañar así? Ahora la zorra de Elisa estaba disfrutando en el castillo mientras a ella le tocaba hacer de niñera. Su furia iba en aumento y tenía que pagarlo con alguien.

—CALLATE DE UNA VEZ. ESTÚPIDA NIÑA.

—NO ME VOY A CALLAR. Y SOY UNA PRINCESA, NO UNA ESTÚPIDA, ASÍ QUE TRATAME COMO TAL.

—De acuerdo, princesa. ¿Me harías el favor de callaros un poco?

—No. No me voy a callar. Quiero que me lleves a casa con mi papá.

Dorothy se echó a reír. Aquella niña era realmente estúpida.

—No vas a volver al castillo hasta que tu papá haga lo que nosotros queremos. Así que compórtate y se una niña buena. Vas a estar mucho tiempo aquí.

La tristeza de Lorie dio paso a la rabia. La niña se lanzó con todas sus fuerzas a pegar a Dorothy. Cuando está la vio, con un gesto, la lanzó por los aires con tan mala suerte que Lorie se golpeó con una esquina en el cuello. La mancha de sangre era cada vez más grande y Dorothy no sabía qué hacer. Era incapaz de moverse.

Una fuerte bofetada la devolvió a la realidad.

—IDIOTA. ¿Qué has hecho? Necesitamos a la niña viva.

—Yo... yo — balbuceó Dorothy mientras veía el charco de sangre crecer.

—Mierda. Ahora tendré que convertirla. Y tú. Desaparece de mi vista.

Dorothy salió de la sala llorando, sin creerse lo que había hecho, mientras Viktor cogía a la niña en brazos y desaparecía con ella.

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Cuando Morgana y Tom salieron del Vórtice, no se podían creer lo que estaban viendo. La Abadía había sido arrasada. Comenzaron a examinar el lugar para comprobar que en el suelo había un montón de cadáveres secos con marcas de colmillos. Los vampiros habían estado allí.

—Morgana, tal vez sea mejor que regresemos al castillo. Es peligroso permanecer aquí.

—Lo sé pero, por desgracia, no podemos.

—¿Por qué lo dices?

—Mi poder aún no está desarrollado del todo. Por el momento, estando tan lejos del castillo, sólo puedo abrir el Vórtice una vez al día.

—Entiendo —dijo él con preocupación. —Dime, ¿crees que se habrán llevado a Camile?

—No lo sé. Se supone que, si está aquí, notaremos su presencia. ¿No? —Él asintió con la cabeza. —Entonces será mejor que demos una vuelta y busquemos un refugio seguro. Va a ser una noche muy larga.

—Tienes razón.

Los dos se concentraron. No se notaba la presencia de vampiros por lo que, más tranquilos, siguieron explorando el lugar.