23.- LA CÁMARA REAL

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Cuando abrió los ojos, lo primero que vio fueron esos preciosos ojos avellana que tanto le gustaban. Sin tan siquiera pensarlo, se echó en sus brazos y comenzó a llorar.

—Tranquila, cosita. Todo está bien. No pasa nada.

Drogo le hablaba con voz dulce mientras le acariciaba el cabello. Ella no sabía porque pero necesitaba llorar y mucho. Cuando sintió que se calmaba se separó ligeramente de él.

—¿Estás mejor, cosita? —preguntó mientras con su mano le limpiaba los restos de lagrimas de la cara.

Ella simplemente asintió con la cabeza. Sus ojos reflejaban angustia y miedo y eso entristeció al rey que la abrazó con más fuerza.

—No quiero que estés triste. Por favor, cosita.

Ella sintió que Drogo estaba realmente preocupado así que hizo acopio de fuerzas y, soltándose ligeramente de su abrazo, le dedicó la mejor sonrisa que fue capaz de dibujar en su rostro. Fue, en ese mismo momento, cuando se dio cuenta de que aquella no era su habitación.

—Drogo, ¿dónde estoy? 

Él le sonrió con ternura.

—Estás en la cámara real, cosita.

—¿Quieres decir que estoy en tu habitación? Pero, ¿cómo? ¿Por qué?

—Bueno, te desmayaste y Peter te trajo aquí porque era la habitación que más cerca estaba.

—Entiendo. Pero aún no se muy bien lo que pasó.

—Yo tampoco. Pero más o menos te puedo explicar lo que me contó Sebastián.

—Por favor.

—La cuestión es que Dorothy tenía razón. Eres una bruja y muy poderosa.

—Y dime —indagó ella temblando —, ¿qué vas a hacer? ¿Me vas a denunciar y mandarme a la hoguera? Porque, que yo sepa, eso es lo que les hacéis a las brujas.

Drogo la miró asombrado y se echó a reír.

—Por supuesto que no. Yo jamás enviaría a mi cosita a la hoguera. Además, con suerte, podemos evitar que seas una bruja completa.

—¿Qué quieres decir? —Las palabras de Drogo le tenían totalmente intrigada.

—Según me ha contado Sebastián, toda persona que nace con poderes es considerada bruja. Durante su desarrollo y aprendizaje, esta persona tiene dos opciones: escoger la magia negra y ser bruja completa o escoger la magia blanca y convertirse en maga.

—Entonces, yo...

—Si tú estás de acuerdo, Sebastián te enseñará y te transformará en maga.

Una gran sonrisa se dibujó en su cara lanzándose a los brazos de Drogo con tal fuerza que estuvieron a punto de caerse los dos de la cama. Comenzaron a reírse como dos niños hasta que Drogo, tumbándose sobre ella, comenzó a besarla muy despacio, como si quisiera saborear cada rincón de su boca. Lentamente se separó de ella y se quedaron los dos tumbados, abrazados y mirándose a los ojos como dos enamorados.

—No sabes las ganas que tenía de estar así contigo, cosita.

—Yo también tenía ganas. Pero... estás tan ocupado.

—Lo sé. Y por eso hoy me he tomado el día libre para cuidarte. Hoy me tienes todo para ti.

—¿Lo dices en serio? —preguntó ella con una gran sonrisa.

—Palabra de rey —dijo él levantando la mano en señal de juramento y echándose a reír. 

No le duró mucho porque, enseguida, Morgana se apoderó de su boca fundiéndose ambos en un largo y tierno beso.

No podían ser más felices. Lo único que querían era que ese momento no se acabara nunca. Pero, de pronto, alguien llamó a la puerta y Drogo, gruñendo, se levantó a abrir. Al rato volvió a la cama y se tumbó junto a ella tomándola por la cintura y mostrándole la mejor de sus sonrisas.

—¿Quién era? —preguntó ella con cara curiosa.

—Era Peter. Quería saber cómo te encontrabas. Le he dicho que estabas mejor y se ha marchado.

—Vaya. Me hubiera gustado darle las gracias.

—No te preocupes. Ya se las darás. Sabe que me he cogido el día por ti y que tiene que dejarnos solos.

—Es muy considerado por su parte.

—Sí. Peter es así. Y ahora, ¿por donde íbamos? —dijo con una sonrisa pícara mientras se acercaba más hacia ella.

—Un momento —le cortó apartándolo ligeramente con la mano —. Ya tendremos tiempo para eso.

—¿Qué es lo que ocurre ahora, cosita? —indagó él con cara de preocupación.

—No es nada. Es sólo que han pasado muchas cosas y creo que deberíamos hablar.

Él se quedó mirándola serio. Lo único que quería era besarla y tenerla entre sus brazos pero, en fondo, sabía que ella tenía razón. Todavía quedaban muchas dudas en el aire y era mejor resolverlas en ese momento.

—Está bien, cosita. Tú mandas. Dime, ¿de qué quieres hablar?

—Bueno, en primer lugar me gustaría saber todo lo que te ha contado Sebastián.

—De acuerdo. Cuando llegaste te leyó el aura. Así pudo descubrir todo tu potencial. También comprobó que no eras una bruja completa y que era cierto lo de la maldición.

—Vaya...

—¿Estás bien, cosita?

—Sí, estoy bien. Sigue, por favor.

—Vale. Aparte de eso vio que tenías un aura muy pura, lo que le hizo pensar que serías una gran maga.

—Y te prometo que me esforzare para serlo.

— Así me gusta —dijo con una gran sonrisa mientras le daba un suave beso en la frente —. Sigo. Después, te leyó la mente y comprobó que todo lo que nos habías contado era verdad. La verdad es que se entristeció mucho cuando vio la vida tan dura que has tenido.

—¿En serio? Pues yo no noté nada.

—Él es así. Ya lo irás conociendo. Por donde iba... Ah, si. Mientras sondeaba tu mente vio algo muy extraño. No supo explicarlo bien. Según me comentó eran como retazos de un pasado pero no tenían mucho sentido.

—Son mis sueños.

—¿Tus sueños?

—Sí. A veces tengo sueños extraños sin mucho sentido pero siento  como si fueran parte de mí. Aún no tengo claro si son de mi vida o de otra vida.

—Guau. Sí que eres complicada, cosita.

—Tonto — le reprendió sonriendo y dándole un ligero puñetazo en el hombro.

—Vale, vale. Sin violencia —protestó él levantando las manos en señal de rendición y provocando que ambos se echaran a reír.

—Entonces, dime, ¿crees que Sebastián puede hacer algo con mi... problema?

—Bueno. Sencillo no es. Necesita saber más cosas sobre ti y para ello quiere hipnotizarte.

—Hipnotizarme... no sé. Me da un poco de miedo.

—Tranquila, cosita. Si lo hace yo estaré en todo momento a tu lado.

—¿Y si me pregunta algo comprometedor?

—Eso ya lo ha leído en tu mente.

—¿Y qué es lo que ha leído? Si puede saberse.

—Poca cosa. Sólo me ha dicho que estás locamente enamorada de mí.

Y sin darle tiempo a reaccionar, se tumbó sobre ella y le comenzó a besar.

EL REINO PERDIDO. PARTE I (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora