—¿Qué sucede, Ana?
Sebastián miró interrogante a la doncella, quien intentaba recuperar el aliento tras la carrera. Estaba seguro de que algo le sucedía a Morgana.
—Es... es la reina. Esta mañana he ido a despertarla y he visto... No se cómo explicarlo.
—Tranquilízate y trata de contármelo, por favor.
—Sí. He visto un agujero muy grande en la pared y la reina entrando por él. Después el agujero ha desaparecido y la reina ya no estaba. ¿Qué era eso? ¿Dónde está la reina?
—Gracia Ana, has sido de gran ayuda. Tranquila, yo me ocupo.
Sebastián se dirigió al despacho dejando a la doncella llena de dudas. Estaba seguro de que Morgana se había ido a Valakia a buscar a Drogo. No había tiempo que perder. Tenía que hablar con Tom y Jack sin falta.
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Afortunadamente, Morgana conocía cada rincón del castillo. Lo había recorrido mil veces de niña y recordaba todo perfectamente. Sigilosamente, se fue deslizando por lo pasillos procurando no ser vista. Si Drogo estaba allí, estaría en las celdas y hacia ellas se dirigió. Estaba a punto de bajar por las escaleras cuando una voz conocida le hizo detenerse.
—Menuda sorpresa, cosita.
Se volvió y allí estaba Drogo. Su primer impulso fue arrojarse en sus brazos pero algo la detuvo. No sabía si era su mirada fría o su expresión de autosuficiencia pero había algo extraño en él.
—¿Qué te ocurre cosita? ¿No vas a darle un beso a tu maridito? ¿O es que ya te has olvidado de mí?
—No te he olvidado ni nunca te olvidaré, Drogo. Siempre serás el amor de mi vida pero éste no eres tú. ¿Qué te ha hecho Viktor? ¿Cómo se ha atrevido?
—Vamos, cosita. Yo creo que no está tan mal. Si te unes a nosotros estaremos juntos por toda la eternidad. ¿No te parece maravilloso? —dijo acercándose cada vez más a ella.
—No me toques, Drogo.
—¿Y que vas a hacerme cosita?
En un rápido movimiento, él la arrinconó contra la pared sujetando sus manos el alto. Sus dos cuerpos estaban pegados. Morgana notaba el frío que emanaba del cuerpo de él, en contraste con su calor, y eso le excitaba pero tenía que ser fuerte.
—Dime, cosita. ¿Qué me vas a hacer? —susurró en su oído.
Morgana se encontraba totalmente acorralada. Nunca había podido resistirse a él y ahora, en su forma vampírica, era más sexy todavía. Un ligero pinchazo en su vientre le hizo reaccionar.
—Apártate. ¿Acaso quieres aplastar a tu hijo?
Drogo se retiró bruscamente con la cabeza baja. Su hijo... Ni siquiera se acordaba de eso. En ese momento su mente comenzó a recuperarse. ¿Qué le había hecho Viktor? ¿Acaso había manipulado su mente? Lágrimas empezaron a surcar sus mejillas.
—Yo... yo, lo siento, cosita. No era yo. Viktor me manipuló. Yo...
Morgana no le dio tiempo a terminar. Se echó en sus brazos y le besó apasionadamente.
—Que bonita escena. Creo que voy a llorar.
Ambos se volvieron sorprendidos. Allí estaba Viktor haciendo un falso puchero y sin parar de reírse. Tras él, Lorie daba saltitos emocionada.
—Que bien. Morgana ya está aquí. Ahora la convertirás y seremos una familia feliz. ¿Verdad padre?
—Claro que sí, hija mía —contestó Viktor sonriendo a la niña.
—Lo siento, Lorie. Pero eso no va a pasar —intervino Morgana seria soltándose del abrazo de Drogo.
—Pero. ¿Por qué? —preguntó la niña soltando una lágrima. Viktor se volvió hacia ella.
—Tranquila, Lorie. Ahora vete a tu habitación y no te preocupes. Morgana pronto será parte de nuestra familia.
La niña sonrió y desapareció por el pasillo.
—No deberías haberle dicho eso —le indicó Morgana visiblemente molesta.
—¿Ah, no? —preguntó él arqueando una ceja —. Estás loca si crees que te voy a dejar escapar. — Ella se echó a reír.
—¿Acaso crees que convirtiéndome volverá Vlad? No sabes lo equivocado que estás.
—O puede que no lo esté y tú quieras engañarme.
—Piensa lo que quieras. No dejaré que te salgas con la tuya.
Él la miró divertido. Esa chica le intrigaba cada vez más y pensaba pasárselo muy bien con ella.
—Voy a ser benévolo contigo. Sólo porque me diviertes. Te voy a permitir pasar esta noche con Drogo. Pero te lo advierto, nada de tonterías. Te recuerdo que tengo a Lorie y a Camile. Y también a Peter y Nicolae.
Morgana no sabía qué decir. Viktor se acercó a ella y, apartando su cabello, aspiró el aroma de su cuello.
—Deliciosa. Va a ser todo un placer beber tu sangre, princesa.
Acto seguido desapareció. Morgana se volvió hacia Drogo quien no había dicho nada. Estaba apoyado en la pared, con la cabeza agachada y el rostro triste. Ella le cogió la mano y le dedicó una sonrisa. Él se la devolvió y, sin decir nada, la condujo a su habitación. Una vez dentro rompió el silencio.
—Tienes que marcharte de aquí ahora mismo.
—No voy a hacerlo.
—Pero, ¿por qué? No lo hagas por nosotros. Ya estamos condenados. Tú aún puedes salvarte.
—Escúchame, Drogo. No es tan sencillo. Hay algo que debes saber. Es muy importante. Es por eso que, por un momento, voy a desbloquear mi mente y dejar que la leas. ¿Podrás hacerlo?
Él asintió y tomó su cabeza entre sus manos. Ella sintió un escalofrío cuando su mirada avellana se clavó en sus ojos. Adoraba esa mirada.
Cuando Drogo terminó de leer, apoyó su frente en la de ella. Una lágrima se deslizó por su mejilla. Morgana lo abrazó y lloró con él.
—No tengas miedo, Drogo. Aunque no sea en esta vida, tú y yo estamos predestinados. Acabaremos juntos. Te lo prometo.
Drogo le dedicó una tierna sonrisa y ambos se dirigieron a la cama para dormir abrazados. Sabían que iba a ser su última noche juntos.
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EL REINO PERDIDO. PARTE I (TERMINADA)
FantasyÉsta es la historia de un reino perdido. Una historia que, con el tiempo, se convertiría en leyenda. Morgana, una joven huérfana recogida en una posada, verá como su vida cambia cuando,una noche de tormenta, estaba a punto de ser violada. Aunque hay...