27.- CONSPIRACION II

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—Dime, Viktor, ¿estás seguro de lo que haces? —dijo ella acurrucándose junto a él y acariciando su torso desnudo.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Quiero decir que no confío en Dorothy.

—Ah, es eso —respondió atrayéndola hacia él y dándole un suave beso en los labios —. ¿No será que estás celosa?

—NO DIGAS TONTERÍAS —bramó furiosa mientras se soltaba de su agarre.

Ella se levantó de la cama y comenzó a vestirse mientras que él la observaba divertido.

—Dime entonces, si no estás celosa, ¿de qué se trata? —Ella le miró enfadada mientras que él mantenía la calma. Tenía que demostrarle que no era así por lo que se sentó a su lado en la cama y siguió hablando.

—Se trata de que él odia a Dorothy con todas sus fuerzas. Nunca acudirá a ella buscando ayuda y mucho menos aceptará sus exigencias.

—Yo no estoy tan seguro. Por lo que he visto, Drogo está enamorado y seguro que buscará desesperadamente la forma de llevarse a su amada a la cama.—Ella se echó a reír.

—¿Y por qué estás tan seguro?

—Es obvio. Es un hombre.

—Sí, es cierto. Es un hombre, pero no es un hombre cualquiera. No va a ser tan fácil que ceda y el tiempo corre en nuestra contra.

Esta última frase captó la atención de Viktor. Ella conocía a Drogo mejor que nadie y quizás tenía razón en lo que decía.

—Entonces, dime. ¿Qué deberíamos hacer?

—Separarlos.

—Eso me parece más largo y complicado.

—Te aseguró que no lo será. Ya he puesto en marcha mi plan. Y en cuanto ellos se separen, te podrás dar el gusto de desatar la maldición con ella.

—¿Y por qué crees que quiero hacerlo? —preguntó él sonriendo con malicia. Ella le cogió por el mentón y acercó sus caras.

—Porque he visto como la miras. A mi no me engañas y sé que estás deseando poseer a esa maldita. —Él soltó una sonora carcajada.

—Vale, tienes razón. La verdad es que me excita mucho la idea. Pero también sé que lo que tú quieres es que no entre otra mujer en su cama.

Ella se volvió molesta y continuó vistiéndose mientras Viktor la observaba entre carcajadas.

—Escucha, Viktor. Esto no es un juego. Si queremos que todo salga bien tenemos que estar unidos en esto. Además, mi plan ya ha comenzado y no pienso limitarme a esperar como hace Dorothy. Ilusa... —Dijo esto último con una mueca de desprecio.

Él dejó de reírse y asintió con la cabeza. En realidad, él tampoco se fiaba de Dorothy. Quizás lo mejor era el plan alternativo. Por lo menos con éste sabía que iba a disfrutar.

—Esta bien, confiare en ti. Y ahora, ¿por qué no te desnudas y vuelves a la cama?

—No puedo. Tengo que ir al castillo a ver como va todo. Tendrás que esperar a mi regreso.

—Y cuando regreses, querida, todo esto será tuyo —le indicó él levantando las sábanas y mostrándole toda su excitación.

Ella se mordió el labio ante semejante visión. La idea le atraía pero no tenía tiempo para eso.

—Entonces procuraré no tardar.

Y dicho eso salió de la estancia.


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A través del cristal veía toda la estancia. Había escogido un discreto rincón del balcón donde ver sin ser vista y donde mejor disfrutar con la escena. Lorie estaba destrozando los ánimos de Morgana. Era increíble lo sádica que podía llegar a ser esa niña y eso le encantaba. 

Cuando la doncella se llevó a Lorie a cenar, estudió la reacción de la pareja. Drogo se sentía dolido y ella lo animaba. No le gustaba la manera como se miraban. La sangre le hervía y los celos se la comían por dentro pero tenía que ser paciente. Pronto Drogo seria suyo para toda la eternidad.

Cuando los dos abandonaron la habitación, ella entró yéndose a esconder en uno de los enormes armarios que allí había. Al cabo de un rato sintió como entraban en la habitación. Esperó pacientemente a que la doncella abandonara la estancia y, entonces, salió de su escondite.

Suavemente se acercó a la niña y le susurró:

—Muy bien, Lorie. Sigue así.

La niña abrió los ojos y esbozó una gran sonrisa.

—¿En serio lo he hecho bien?

—Sí. Lo has hecho muy bien. Ahora acuérdate de seguir con el plan. —Al oír esas palabras, el rostro de Lorie se entristeció. Ella la miró sorprendida. —¿Qué sucede Lorie? ¿Acaso hay algún problema?

—Es que me da pena Morgana. Parece una buena chica. Y a papá se le ve tan feliz con ella. —Esas palabras hicieron que una punzada atravesara su ya dolido corazón.

—Escucha, Lorie. No debes dejarte engañar. Ella es una bruja poderosa que ha hechizado a tu padre. No permitas que te de pena, esa es su forma de actuar. —la princesa medito esas palabras y en seguida asintió con la cabeza sonriendo a la mujer. —Muy bien, Lorie. Ahora tengo que marcharme pero volveré pronto a verte. Buenas noches, Lorie —concluyó dándole un beso en la frente.

—Buenas noches, mamá.

EL REINO PERDIDO. PARTE I (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora