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Al día siguiente, Lance fue con la esperanza de ver a su "Mullet"; le gustaba molestarlo, pero se llevó una gran sorpresa al enterarse que él no había ido a clases, no se había presentado en la escuela, y tampoco había avisado que faltaría. El chico preocupó un poco, pero se dijo a sí mismo que no había sido nada de gravedad e ignoró la ausencia de Keith, siguiendo con su aburrida rutina escolar.

Pasaron las clases y tocó el timbre de salida; se dirigió a su cafetería favorita, "Altea", donde trabajaban sus mejores amigos: Hunk y Pidge.

-Hola, chicos- dijo de mala gana.

-¡Hey, Lance!- contestó Pidge con la cabeza gacha, haciendo sus cosas; cuando la levantó, vio a Lance y estaba más apagado de lo normal-. ¿Te encuentras bien? -frunció el ceño preocupada.

-No te preocupes, estoy bien, es sólo... -miró a todos lados menos a los ojos de su amiga. No quería que se diera cuenta que estaba triste aunque, por ser alguien extrovertido, se notaba demasiado. Ignoró su obviedad y suspiró:- olvídalo.

-Keith, ¿no?-dijo la italiana, limpiando un vaso e intentando esconder su sonrisa.

-Sí.. espera, ¿cómo lo sabes?

-Hunk- replicó.

Guardó silencio. No podía decirle que Hunk se equivocaba porque ya había dicho que sí indirectamente, así que dio por terminada la charla y ordenó su pedido.

Se sentó en el lugar de siempre, al lado de una ventana, y agarró el celular. Su pedido llegó, miró de reojo y se encontró con algo que cambiaría su forma de ver a Keith.

Mullet [KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora