-Wow, pues, creo que el león se siente atraído hacia allá, así que, sus sueños se harán realidad, chicos- dijo Lance mientras maniobraba -en vano- con el león.
-¿Oíste, Hunk? ¡Podremos tomarle fotos con nuestros teléfonos y pegarlas en la cafetería!- gritó emocionada Pidge, sus ojos brillando de la felicidad.
-Eso sería cool, ¿qué opinas, Lance?- murmuró Hunk, viendo el planeta lejano a través del vidrio.
Lance no contestó, y unos segundos después habló:
-Chicos, creo que no somos bienvenidos aquí.- El planeta había empezado a disparar rayos que iban directo hacia el león, pero Lance pudo esquivarlos con facilidad -. ¿Cómo demonios me comunico con ellos? Quiero decirles que no queremos lastimarlos...- Lance sintió cómo el león le dio una idea en su cabeza, diciéndole qué hacer -. Bien, Blue, aquí vamos- tocó unos botones, se aclaró la garganta y dijo: -ATENCIÓN, GENTE ALTEANA, NOSOTROS VENIMOS EN PAZ, NO QUEREMOS HACERLES DAÑO, SI PUDIÉRAMOS ATERRIZAR SERÍA LO MEJOR, TRAEMOS UN HERIDO Y NECESITAMOS AYUDA.
Cerró la boca, y los rayos se detuvieron abruptamente; entonces alguien contestó:
-Pueden aterrizar, les daremos señales de luces para que dejen su nave y atendamos al herido.
-Wow, hablan alteano, y pudimos entenderles perfectamente- dijo Lance, sorprendido, luego de haber apagado el aparato que usó para comunicación.
-Lance, acaban de hablarnos español- dijo Pidge, limpiando sus lentes y teniendo su casco con su cadera.
-Oh, bueno, no importa- volvió a aclararse la garganta -, bajemos allí, deben curar a Keith lo antes posible.
La nave comenzó a descender hacia la señal de luz que los alteanos habían preparado para ellos, para así bajar a Keith, quien estaba cada vez más pálido y parecía más frágil que antes.
Luego de parar, el león abrió la boca y bajaron, encontrándose con un hombre y dos mujeres.
-Bienvenidos a Altea- dijo quien, suponían, era el Rey.
-G-Gracias, hola, soy Lance.
-Pidge- dijo señalándose a sí misma -, y el tipo nervioso es Hunk- lo señaló.
-Mi nombre es Alfor, ella es mi esposa, Melenor, y ella es mi hija Allura- sonrió con amabilidad.
-Un gusto conocerlos- dijo la princesa, mientras tomaba su vestido e inclinaba la cabeza hacia abajo.
-Bien, chicos, bajemos a Keith- dijo Lance, preocupado.
Hunk asintió, giró sobre sus talones y corrió hacia adentro. Pidge se acercó a la salida, y Lance quedó unos pasos atrás de donde se encontraba antes.
Hunk salió con Keith en brazos, Pidge se paró al lado suyo y caminaron en dirección a Lance y los tres alteanos.
Lance lo vio y sus ojos se llenaron de lágrimas, su Keith, su Mullet, estaba tan malherido que casi ni le reconocía la cara. Era como si cada gota de sangre hubiese abandonado su cuerpo.
Tenía un color tan enfermizo que dudó de si seguía vivo.
Empezó a llorar más fuerte, dándole la espalda a su majestad.
Cayó de rodillas y Pidge corrió a abrazarlo. Hunk puso en una camilla a Keith -la cual nunca había visto-, y el Rey le sonrió, de nuevo, llamando a auxiliares para que se lleven al chico lo más rápido posible.
Lance se giró. Vio cómo su oscura cabellera desaparecía en las blancas puertas del castillo, sintiendo un gran malestar en el pecho y dejando de respirar.
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Mullet [KLANCE]
FanfictionKeith sufre por Lance, y Lance quiere la atención de Keith.