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Pasó una semana y Keith no salía de la cápsula de recuperación. Pidge y Hunk estaban preocupados por Lance, ya que no comía, apenas dormía, se quedaba sentado cerca de Keith la gran parte del tiempo, sin moverse un centímetro durante horas. Estaba más pálido, sus pómulos estaban más marcados, y su cabello estaba opaco.

Lance estaba hecho un asco.

Pidge lo vio a la distancia, sentado en la misma posición que llevaba haciendo desde la primera vez que se sentó a la espera de Keith.

Se acercó a él. Le tocó el hombro, dejando la bandeja que traía consigo -junto con la comida para Lance- en el suelo.

-Hey, Lance, tienes que comer algo- dijo preocupada, extendiendo la otra mano, intentando acercarle la bandeja.

-No, gracias... Además, la comida de aquí no es la mejor, esa baba verde no es comestible- dijo Lance, con las rodillas en su pecho.

Pidge bajó las manos y se puso de cuclillas.

-Tú sabes que Keith se pondrá bien antes de que te des cuenta, pero él habría querido que comieras y descansaras bien.

-No me moveré de aquí hasta que Keith salga, incluso si quieren regresar a la Tierra háganlo sin mí, yo de aquí no me voy sin él- dijo Lance con seguridad, y abrazó la base de la cápsula.

-Como quieras...- dijo su amiga, rendida. Pero dejó la bandeja por si acaso -. Iré con Hunk a seguir explorando Altea. Intenta comer, ¿sí? Yo... en un rato volvemos.

Guardó silencio y esperó una mínima respuesta por parte de su amigo, pero nunca contestó. Tomó una bocanada de aire, se puso de pie, y volvió en busca de Hunk.

Luego de que Pidge se haya alejado y Lance haya dejado de escuchar sus pasos, intentó dormir encima de su chaqueta, al costado de la cápsula, esperando a que el chico dentro de ella despierte dentro de poco.

Un pitido perturbó sus intentos de dormir, y él siguió luchando por descansar, cerrando más fuerte sus ojos y apretando los labios. Ya había escuchado ese pitido las veces suficientes como para saber que Keith aún debía recuperarse.

Sonaba una vez cada tres horas.

Siguió intentando dormir. E, imaginando un futuro que deseó que pasara, se durmió.

Un rato después, sintió un aire frío acariciándole la cara, un pitido lejano y el sonido de algo abriéndose.

Abrió los ojos con pesadez. Miró la cápsula, y estaba abierta.

Se puso de pie lo más rápido que pudo, mareándose en el proceso. Corrió hasta quedar adelante de la pequeña cápsula, y vio a Keith abriendo los ojos.

Lance pestañeó varias veces, empezando a sonreír. Keith también pestañeaba, soltando un quejido por lo bajo.

Lance estiró la mano hacia la del contrario y agarró su muñeca. Keith, finalmente, lo vio.

-¿Lance?

Mullet [KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora