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17:30.

Ya casi era hora de ver a Keith. Lance estaba nervioso, haber llegado a la Tierra y ver a su familia le habían dado ganas de quedarse un poco más e interactuar con ellos (No había hecho más que llegar a la cocina, comer algo rápido, bañarse y dormir en su cama con su pijama azul), pero ya había prometido a su Mullet que iban a verse.

-Mamá, ya debo irme- gritó desde la puerta, cargando su mochila y abrochando su abrigo.

Tenía frío. Estaba temblando.

Maldijo sus nervios y también a Keith por tener tal efecto en él.

Habían hablado un poco por celular y organizaron bien dónde se verían.

Lance pensó en ir caminando para poder calmar un poco su ansiedad y estar más tranquilo para cuando vea a su chico.

Esperaba calmarse.

No quería caminar, la verdad.

-Está bien, ve por tu amor- dijo su madre, acercándose. El menor se sonrojó y estuvo a punto de gritarle que cuál amor pero ella le besó la frente -. Vuelve temprano- dijo, guiñándole un ojo.

-Claro, mamá...- se despidió apenado, cerrando la puerta detrás suyo.

No debería haberle hablado a su madre de Keith mientras se preparaba para dormir.

Keith, por su parte, seguía sumido en el abrazo familiar. Los tres estaban acostados en el sillón, mirando la tele y tapados hasta la cabeza. Se le dio por mirar el reloj de la pared y saltó en su lugar.

Eran las 17:45.

-¡Debo irme!-dijo, comenzando a correr hacia la puerta y agarrando su bolso de pasada.

-Ve, hijo -dijo Krolia, saludándole desde su lugar.

-Luego nos vemos- dijo, cerrando su campera.

Iba a abrir la puerta cuando escuchó una llave en la cerradura. Dio un paso atrás y Shiro entró a su casa con una cara de tonto que ni él se la creía.

-¿Shiro? ¿Te encuentras bien?- preguntó.

Él asintió atontado. Krolia y su esposo se levantaron de inmediato del sillón y caminaron hacia su hijo mayor.

-Luego te cuento, ve por él -dijo, haciéndose a un lado y corriendo a abrazar a sus padres.

Keith salió corriendo por la puerta, sintiendo su garganta secarse por los nervios.

Ambos corrían hacia el parque central. A pesar de ser innecesario, porque no se encontraban lejos, querían ser puntuales. Era su primera salida juntos, no querían arruinarla.

17:55.

Lance llegó primero y se sentó en uno de los bancos blancos, impaciente. Se había asegurado de ir a por el lugar que habían arreglado sentarse, así que cruzó sus piernas, intentando regular su respiración.

Seguía nervioso. Esa corrida no lo había calmado para nada.

Mientras esperaba, observaba el hermoso paisaje que surgía frente a sus ansiosos ojos.

Pasó una mano por su frente y acomodó su cabello, sintiendo cómo su corazón seguía yendo rápido y cómo su respiración se calmaba.

Eran tan contradictorios.

-¡Lance! - gritaron.

Se tensó. Esa voz... Era Keith, entrando al parque y corriendo hacia él con los brazos abiertos.

-¡Hey, Mullet!- contestó, corriendo también hacia él. Se abrazaron, y un escalofrío acarició su espalda al sentir la pesada respiración del chico en su cuello -. No hace tanto que nos vimos, ¿sabes?- dijo, juguetón, abrazándolo por la cintura.

-Lo sé, pero ya te extrañaba- dijo con la voz ronca.

Mullet [KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora