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-Aquí vamos- dijo Pidge mientras despegaba su nave, acompañada de Hunk.

-Mi nave no despega- dijo Lance desde la otra nave, luchando con los controles para encenderla.

-Debes tocar este botón, tonto- respondió Keith, soltando una carcajada.

-Oh, sí, ya lo había descubierto. Gracias- contestó algo sonrojado.

Al salir y pasar la atmósfera de Altea, varios rayos los atacaron desde arriba: había otras naves que estaban atacando al planeta, y suponieron que lo habían descubierto después de tantos años de estar escondido para evitar una guerra (según la historia del rey, esa era la verdad).

-No sé cómo diablos nos encontraron, pero deben volver al planeta- dijo el Rey por el intercomunicador, que aún funcionaba, ya que estaban relativamente cerca de Altea.

-Esto es mi culpa, deben haberme implantado algo para rastrearme, y eso los trajo aquí- dijo Keith, con la voz rota-. Todos estos alteanos van a morir por mi culpa.

-Hey, Keith, cálmate, no es tu culpa, es una raza muy avanzada, tienen lo necesario para rastrear planetas o naves, no creo que hayan puesto algo dentro de ti- intentaba consolarlo Lance, mientras maniobraba la nave esquivando los rayos, viéndole de vez en cuando de reojo.

Keith parecía que iba a destruirse en cualquier momento con cualquier cosa. Se veía muy... frágil.

-Chicos, tenemos un problema- chilló Pidge desde la otra nave, intentando esquivar los rayos.

-¿Qué ocurre?- dijeron al unísono Lance y Keith.

-Perdimos un propulsor. ¡ESTAMOS CAYENDO!- gritó.

Lance y Keith vieron cómo la nave caía en cámara lenta hacia Altea.

Empezaron a entrar en pánico. ¿Qué deberían hacer?

Keith agarró la mano derecha de Lance. Y él comenzó a temblar, mientras que el otro chico buscaba con desesperación algo que pueda salvar a las dos personas de la otra nave.

Sus ojos violetas estaban llenos de lágrimas, y empezó a ahogarse en su propia respiración. Lance seguía temblando y mirando con temor cómo la nave desaparecía cada vez más y más.

Como si pudiera servir de algo, Keith hizo que su nave vaya en dirección a la otra, que iba cayendo como bala.

Apretó más fuerte su mano izquierda y miró a Lance, intentando no perder el equilibrio -supuso que se puso de pie cuando se impulsó hacia los botones de la cabina-.

-Todo estará bien, confía en mí- le dijo, intentando transmitirle seguridad.

Lance seguía con la mirada perdida en el frente. Y Keith seguía pensando qué mierda podría hacer para que se salven los cuatro, además de que todavía estaba la posibilidad de que les disparen.

Mullet [KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora