Capítulo 29

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Clem


Todavía me sigo sintiendo sostenida por aquellos hilos de tiempo donde nada parece tener sentido. Y me mantiene en ascuas cuando dura demasiado... Temo que se acostumbre a mí y se haga eterna.

Mis ojos no pueden desensamblarse de rato en rato del burdo plástico que acompaña su pulgar. La prótesis provisional me aflige por lo inflexible y precaria, con su falso color piel.

Flavio fue más que claro.


"Es una herramienta temporal. Mejor que un gancho."


Voy al volante, lo miro soslayo cada vez que puedo. Siempre impasible, ni Petit Biscuit en el audio logra laxar su temple.

Odia tenerme a lado. El panorama es más hostil de lo que preví.

El vuelo a San Francisco se lo pasó durmiendo a pierna suelta... Los cuatro dedos que ya no pasan por el Scanner de Migración... Tomamos la I-80 E. La temperatura va cayendo conforme ascendemos a Sacramento, en medio de la niebla.

Carreteras sin fin, de alta velocidad, sin sobresaltos, sin cambios, me permiten perderme en estos veintiséis días sin él.

Flavio aterrizó poco después de la amputación. La eminencia de la cirugía ortopedista volvió a operar de inmediato para eliminar nervios, perfeccionar el muñón y combatir el intenso Dolor de miembro fantasma, por unos dedos que ya no estaban, pero que él sentía allí todavía, punzando y quemando sin descanso, como si se encontraran en una posición extraña e incómoda.

Algo mejoró aunque Flavi consideraba que un implante biónico convencería al cerebro de la recuperación del orden. Y a eso marchábamos. Tras el Bio-ingeniero, prostético Oddi Gunnarson, un islandés prodigio en el diseño de prótesis biónicas. Recomendado a ojos

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cerrados. Para casualidades, había coincidido con Bosco en Irvine (236), en sus especializaciones y lo recordaba.


"Bosco debe recuperar la funcionalidad de su zurda sobre el 90%_determinó Flavio_. Es un científico que trabaja con mucha función de sicomotricidad fina, además es un hombre de acción. La mejor prótesis es la que le ayudará a lograr sus metas y es momento de que empiecen a trabajar en ella..."


_¡No voy a poder cargar tu maleta con un dedo, reina de los cítricos!_ cabeceo, para despertarme del sueño con ojos abiertos. Ni recuerdo cómo llegué al estacionamiento. Bosco está furioso porque logré convencer a Artemio para ocupar su lugar. Me las había jugado sin dudar, sin analizar, por primera vez.


"Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único"._ Agatha Christie


Arrastra su equipaje al Hyatt Regency, sin molestarse en esperarme y pronto estamos frente a dos habitaciones intercomunicadas. Se niega rotundamente a compartir la habitación doble reservada.

Batalla para sujetar el candado de su maleta con el pulgar y la prótesis, casi decorativa. Maldice y maldice por el tiempo que le toma, se niega a que lo ayude. La constante desde que despegamos.

En El Bosque, ClementinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora