Capítulo 43

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Clem


Lorenzo lleva un par de semanas en San Francisco. En el ínterin ha conseguido vender tres lienzos y hacer un par de contactos para continuar exponiendo en algunas galerías americanas pequeñas. Incluso se ha reunido con un curador interesado en su obra reciente.

Y yo no me decidía a visitarlo. Pero después del incidente de la ducha, no dudé en lanzarme a su encuentro.

El orgullo puede entorpecernos y yo lo había reducido al mínimo, para que Bosco no tropezara con él. Pero es al fin y al cabo una actitud intrínseca, parte del instinto de supervivencia emocional.

Y ahora está aquí para sacarme a flote desde mis profundidades.

Hago lo que tengo que hacer. Lo acompaño a las prácticas, sigo sus ejercicios de refuerzo, guardo los apuntes en el iPad y sobre todo, me concentro en no intentar ir más allá. En mi silencio y mi distancia.

Si es extrañeza o es alivio el efecto en él, no lo demuestra. No mencionó el episodio de la ducha. Era como si no hubiera llovido nunca entre los dos...

Y debía agradecérselo ¡Estaba avergonzada hasta el inframundo!

Mi personaje de Femme Fatal siempre me había quedado grande. Lo comprendí muy tarde y me sumió en el ridículo del siglo.

Me llevé todas las palmas.
El miércoles no había terapias, Bosco saldría de ruta desde la

madrugada con la banda de Tamara... Grrr.
Pasarme la tarde con Lorenzo, disfrutando del arte es una opción

más que atractiva. El día soleado y sin pronóstico de lluvia suma.

Ataviada en un entallado vestido verde botella en chifón de seda, a desniveles, de Jason Wu y sandalias altas de Miu Miu, tomo un taxi hasta la estación central, y en poco más de hora y media, desembarco en mi ciudad favorita de la costa oeste americana.

– 1174 –

Lorenzo me espera, con su aura juvenil y su atractivo al natural. Resplandece, con una sonrisa de oreja a oreja y una sombra de barba que lo hace ver más maduro. Me abraza, efusiva y prolongadamente. Su calor y su entusiasmo es demasiado tentador para no esconderme en él. Me hace sentir reconfortada, admirada, indispensable.

Florezco, acorde con la primavera septentrional.


"Estás más guapa de lo que pensé, tenía permitido una mujer"


La galería, a unas cuadras de Embarcadero Center, es una fiesta. Una deslumbrante muestra de arte abstracto, entre pintura, escultura e instalación. Revienta de la joven y prometedora Latinoamérica plástica.

Recorriendo la exposición, me atrapa la obra de Pedro Reyes, Jim Lambie, Beatriz González, Ana Rita Gendrot... La instalación de Jośe Carlos Martinat no me suelta un buen rato, en un intento fallido por descifrarla.

El rincón de Lorenzo brilla con luz propia y logra encandilarme, poniendo en función rápida los latidos de mi corazón. Algunos lienzos los reconozco del todo o en parte, otros_me dice_, son anteriores a mi era y unos pocos pintados en estos meses.


"Te llevo grabada en todos mis sentidos, Clementina. Ha sido muy fácil hacerte la estructura"


Son conmovedores, luminosos, con un manejo admirable de luz y sombra, sumado a trazos contados y precisos que nos llevan a una sutil y profunda distorsión que es el arte mismo. Puedo verme en el recuerdo de nuestras largas conversaciones, las sesiones de búsqueda suya y mía, el sexo... Nuestro tiempo juntos. Sus rasgos y perfiles se vuelven infinitos.

En El Bosque, ClementinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora