Epílogo II

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Clem


_¡Mami!, ¿es que tengo que ponerme el vestido largo?

_Todas las chicas tenemos que llevar vestidos largos_le ladro, con los ojos en blanco frente al espejo. Odia los vestidos maxi. Cloe, Astor y yo hemos logrado cero al respecto.

_Creo que a Pim no le importaría verme menos formal si es que me ve más feliz..._endulza el tono. Puedo ver su sonrisa arrebatadora atravesar la puerta del baño_¿Qué tal uno menos largo?_tiene la frase justa y alegatos precisos, casi desde que comenzó a hablar.

Astor, Astor...

_Póntelo antes que me arrepienta_exhalo, acercándome al espejo_. Cloe, que se ponga el que lleva todos los azules del mundo_me concentro




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unos segundos en mi reflejo. Sigo siendo la misma, sigo sintiéndome yo, aunque la expresión de mis ojos haya cambiado sin darme apenas cuenta. Mi expresión es más cansada...

Los ojos proyectan el paso del tiempo, los surcos de la vida se profundizan, los párpados superiores se retraen y los inferiores se precipitan, formando bolsas cuando sonreímos demasiado.

Cierto desencanto me obliga a suspirar para enfocarme en la última pasada del rímel...

Yupi!

Le sonrío al espejo, acomodándome los aretes de líneas simples y vanguardistas, en oro y perlas de Delfina Delettrez. Observo mi vaporoso vestido de tul fresa y rosa, Vera Wang y salgo al dormitorio. Es amplio, fresco y acogedor, decorado con detalles-influencia Houben. Hoy en día es un lujo convivir con ellos, aunque él insista en darle todo el crédito al éxito a la fabulosa cocina natural y auto-sostenible de Ana. Él es la excéntrica lumbrera que ha diseñado cada rincón de esta maravilla con osada desenvoltura, convirtiéndola en un lujo ecléctico y eco-amigable. Tanto que ahora mismo Gezelinda está rankeado entre los mejores refugios Green Design de Latinoamérica.

Pim se ha convertido, a su ritmo distendido, en un referente global del diseño. Y se deja ver fuera de su hábitat tropical, sólo cuando algún proyecto de interiores comerciales logra conquistarlo abrumadoramente.

"Para diseñar objetos da lo mismo que esté aquí o en el centro del infierno, siempre que tenga al lado a mi mujer"

_¿Cómo me veo?
_Guapísima_la giro para observarla al detalle. 

_¿Me quieres, mami?

_Mucho, aunque eso no quite que seas una desobedienta_suavizo el tono y me doy con Cloe, que sigue desparramada en la cama, leyendo la revista semanal del diario_¡Pero, qué estás esperando, jovencita!

_Sólo me falta ponerme el vestido. Además papá ni siquiera llega de pedalear_ ¡esa es otra historia que me pone a rabiar!

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_¡Pero tu padre tomará una ducha y estará listo en menos de cinco minutos!_pongo las manos en asas y la encaro al pie de la cama.

_Más de lo que me tomará a mí_me desafía, con su desenfado adolescente, sin quitar el ojo de la revista. Se la arranco de las manos.

_¡Ahora, Cloe!

_¡Por algo papá te llama cuadriculada obsesiva!_refunfuñando se pone de pie. Aprieto los dientes y respiro para no perder la calma. Mis cualidades se han convertido estratégicamente en defectos, a vox populi,por culpa de cierto bocazas.

En El Bosque, ClementinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora