Capítulo 3

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3

Clem


Martes. Y yo emocionada como en sábado de quinceañero.

Sorprendo en la oficina con mi atuendo. Me doy cuenta que me había vuelto una total aburrida al vestirme, toda tapada y encima con el espíritu hasta el piso. Puede que sean las pepas(48), porque en plena crisis matrimonial no puedo sentirme más rejuvenecida.

Con Bosco sigo aplicando la ley del hielo. Cuanto más distante me siente, más se desespera el pendejo y más me tranquilizo yo. Su aventura ha dejado de hincar a cada instante. Desde mucho tiempo atrás, una parte de mi conciencia lo asumió silenciosamente, para no darle frontalmente a mis valores. No ceder tenía sus implicancias. Más complejo de lo que luce por encima. Muchas cosas le han salido mal al puto. Nunca pensó mostrar sus cartas. Ahora me bombardea con llamadas y mensajes desesperados, con resultado tras resultado saludable. Excusas para sondearme. Que los niños, Perseo y hasta cómo anda la temperatura, con tal que diga algo. Yo replico al monosílabo. Felizmente la tos de Darío casi ha desaparecido y ayer ha podido volver al cole.

No quiero saber de Bosco ¡Es hora de pintar!!!

Llevo un vestido de lino marrón, estilo safari, sobre la rodilla. Cuello camisero, mangas 3⁄4, cinturón con varios botones libres en un coqueto escote. Botitas, cano corto, de taco alto y corrido, en gamuza fucsia. A lucir mis piernas largas.

Pero parece que la vida no me soporta ni siquiera coqueteando inofensivamente. Mi sorpresa es grande al descubrir que el profesor no es Lorenzo sino Saúl; un cincuentón que no luce ni de cerca como él. Para colmos tiene un exceso de soberbia... ¿O es mi falta de objetividad? Es el dueño del horario y no hay más que decir. Me pica averiguar qué pasó con Nardi.

A regañadientes, aprovecho el tiempo y logro pintar gran parte del lienzo. Estaba quedando, quedando.

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48 Pastillas.

– 93 –

Para el final de la clase se habían calmado mis hormonas. Me provoca yogurt griego con miel de abeja de certera procedencia... Un Chat de Astor me distrae.

_¡Flaca, modifícame la dieta o me encerdo!!!_ sonrío. Primero me engordo yo que él. Es aplicadísimo, inclusive más que Bosco, que aunque hace más ejercicio, bebe más. El mercado homosexual exigente, obliga a mi amigo a trabajar más los músculos. Balaguer es más delgado por naturaleza y enemigo de inflarse. Ambos viven en una constante competencia sobre lo que sea.

Jamás!

_Estoy cenando con un cliente que no debe comer hace un mes ¡De correeer!!!_escucho mi nombre llegando al auto. Levanto la mirada y me doy con Lorenzo apoyado en su moto ¿O es una foto de revista de modas, con las Converse amarillas, jeans y camisa negros?

_¡Guau, estás de alto impacto!!!_su mirada merodea aletargada sobre mí. Me sonrojo hasta los cabellos y mi corazón corre. Me arrepiento del vestido, me siento desnuda, culpa de Bosco y los costales que me obligaba a llevar. Saluda y cruza palabras con algunos alumnos.

_Nos abandonaste_ me encojo, turbada.

_Tuve que dejarlos para no tener que abandonarte a ti.

_No te entiendo..._mis mejillas se colorean. El chat sigue sonando pero yo ya me olvidé de Astor...

_No podía ser tu profesor si quería relacionarme contigo. Pedí que me cambiaran el horario y felizmente accedieron.

_¡Lorenzo, me escandalizas!_ pongo los ojos como pelotas de golf.

En El Bosque, ClementinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora