Epílogo V

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Pim


Entonces la veo, caminando en mi dirección, del brazo de Benjamín. Descalza y grácil.

Tan deslumbrante, como la primera vez, cayendo del árbol, directamente a mi corazón.

Remeciéndolo todo, construyéndolo todo...

En su impecable versión mini, lleva el entallado vestido blanco de encajes y plumas, lame sus talones. Lleva una sola rosa roja en la mano. Pero es el detalle de mi mujer que me deja totalmente fascinado: una especie de turbante de pequeñas rosas, en diferentes tamaños, enredado en su cabello suelto. Enmarca su exquisito rostro, baja por su cuello para expandirse hasta uno uno de sus pechos.


– 1282 –

Cuanto más se acerca, puedo ver sus ojos chocolate llenos y vidriosos, enfocándome sólo a mí, en medio de la familia y los amigos más íntimos.


"Yo para ti, tú para mí"


Soy un eco de ella. No puedo escapar de eso. Sólo puedo ver su silueta, envuelta en el dulce aleteo de las olas, el mágico atardecer rojizo, los violines del cuarteto, con el fondo de la inmensa bola naranja que va cayendo sobre nuestro pedazo de horizonte.


Perfect Violin Version) Acoustic Club: Ana Fang:Not At All. 2018.


Anaís, después de lo que pareció la eternidad, abandonó la máscara de oxígeno y pasó a la cánula nasal.

Eline y yo ya habíamos lagrimeado abrazados cuando le quitaron la sonda para alimentarse, unos días después.

Me acerco a ella, irrumpiendo el calor de su falso vientre para tocarla. Lo hago todos los días, mientras contemplo su sueño; sus piececitos, sus piernecitas, su espalda, la pelusa oscura de su cabeza, sus brazos y sus manitos, hacen contacto con la yema de mis dedos. Ella me energiza, me sostiene para driblar los estragos...

Cuán desestabilizado me encuentro sin ella. Vuelvo a reencontrarme con la oscuridad y el sin sentido de su ausencia...

Recorro el dorso de su manito, sumerjo la yema en el arco del índice y el pulgar y hoy, por primera vez, ella me responde... Los enreda alrededor de la punta de mi dedo con toda la decisión y la fuerza de su existencia. Me sujeta, diáfana pero firme y me dice: aquí estoy, papi, creando un lazo que no se romperá nunca.

Se mete en mi corazón, acomodándose a un costado de Popje, sin que apenas me dé cuenta.

No sólo era el óvulo fusionado con mi semilla, que creció en el vientre de Ana, tan figurativamente, tan abstracta como la pantalla en blanco, cuando ninguna idea logra bajar y plasmarse.

Ella es un enorme lugar en nuestro mundo.

– 1283 –

Una sobreviviente, al mejor estilo familiar.

Es mi hija. La única que tendremos. Lo he sellado porque no puedo arriesgarme más.

Mía para siempre...
No lo sabía hasta este momento.
Ana, ella es el regalo más grande que me has dado...


"_Anaís está lista para alimentarse por sí misma. Ha pasado la línea de sobrevivencia nuestra luchadora_ después de casi tres semanas, es otra ¡La bebé más linda que haya visto jamás!_. Cada vez se pone más fuerte. Tienes que verla, es preciosa. Tienes que ser la primera en acunarla contra tu pecho y darle el biberón. Me dicen que es el método canguro. El siguiente paso en el contacto de un prematuro tan temprano..._sonrrío, con los ojos inundados_ ¡Es increíble cómo ha crecido en unos días!_ me arrodillo a sus pies, frotando sus rodillas desnudas. Mis ojos siguen el rumbo de los suyos. Desde la terraza de nuestra habitación, el mar se ve más lejano que nunca, bajo el acantilado. Tan lejana como ella: absorta en una mancha inmóvil y celeste...

En El Bosque, ClementinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora