Capítulo 35

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-¿Mas?.- pregunté a mi sumisa de esta noche después de haberle dado una pausa de unos minutos para que tomara un respiro.

Maria Perkins, una mujer de mas de cuarenta años, lesbiana, fotógrafa, ex actriz y modelo. La importancia de haberla aceptado como mi clienta es por que es tataranieta de Elsa Shiaparelli, quien fuera una importante diseñadora de moda de los años 30's y fundadora de la casa de moda Shiaparelli una de las mejores de la industria actualmente, de la cual ella es accionista. Como recuerdan solo tengo clientes influyentes y millonarios.

Ahora mismo nos encontrabamos en la habitación del placer donde la señora Perkins disfrutaba de su ultimo acto con su Madame. Esta noche se había decidido por algo tradicional, le había colocado un cinturón de cuero negro sujeto a sus muñecas que de la misma manera se sujetaba de sus tobillos, provocando que sus piernas se mantuvieran separadas y su torso en una posición erguida, con una mordaza de silicón en su boca y sus ojos cubiertos con un antifaz de seda color negro, descansando boca arriba sobre la cama de sabanas rojas en medio de la habitación.

Habíamos comenzado con algo sencillo, azotes, ligas en sus pezones, algo de electrochoques con mi nueva varita de estimulación eléctrica que pasee por todo su cuerpo desnudo, es muy ligera y se ve como rayos eléctricos neón color purpura cuando hace contacto con la piel, después de eso había decidido hacer lo que me había pedido mi esclava para su acto, jugaba un poco con las bolas chinas anales y un vibrador en su sexo.

Una por una sacaba lentamente cada bolita de cristal en rosa de su orificio mientras que con la otra mano movía de atrás a adelante el vibrador de cabeza redonda en su centro, esto debe tenerla extaciada, no entiendo como mis clientes deben sentirse penetrados por algo para disfrutar su acto, pero no los juzgo mientras sigan pagando grandes cantidades por hacer esto.

-¡Ahgo!.- decía mi sumisa sin entenderse por la mordaza en su boca. Me recline sobre ella para desabrochar la mordedura y así ella pudiera hablar mejor.

-¿Decías algo esclava?.

-Si Madame.- su voz sonaba agitada e hiperventilaba, estaba agotada.- ¡Alto!, por favor.

-¡Claro!,- quite los estimuladores de sus orificios y desabroche el cinturón que la mantenía sumisa ante mi, quite por ultimo el antifaz de seda de su rostro y ella abrió lentamente sus ojos encontrándose con los míos, podía ver satisfacción en ellos, como todos al terminar su acto.- Cuando estés lista puedes ir al vestidor.

Encendí las luces de la habitación y salí de ahí sin esperar una respuesta de ella, no importa si es hombre o mujer, Madame no se queda mas tiempo en la misma habitación con sus esclavos terminando el acto. Me coloque encima mi bata de seda roja y me serví un Whisky en las rocas de una exclusiva botella que me había regalado hace un tiempo atrás uno de mis ex sumisos, quien lo trajo desde su ciudad en Rusia solo para mi.

Tome del vaso de cristal y lo lleve a mis labios para tomar un trago del licor sintiendo bajar el ardiente liquido por mi garganta ardia, aveces quemaba pero siempre se sentia bien. Era una de las sensaciones que mas disfrutaba en mi vida, la primera de ellas, eran mis labios en los pechos de Camila y aun pasado el tiempo, no había encontrado mejor sensación que esa.

Hace unos días cuando platique con Camila ella me confeso por que ha regresado a vivir con su esposo. No podía creer que el ha estado usando el nombre de ella para hacer negocios sucios en su empresa, lo que Ally sospechaba hace unos meses era real. Ahora Ally y Will le han estado ayudando estos meses a encontrar alguna evidencia de que es en lo que la ha metido y como salir de eso y tenían la esperanza de que en la memoria que había encontrado en la oficina en su casa y la cual había recuperado despues del robo de su bolsa hubiera respuestas.

 Dominante (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora