Capítulo 40

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-¡Ah!.- sus gritos resonaban en la ducha haciendo eco mientras el agua tibia corría por nuestros cuerpos.- ¡Así, así!. ¡Oh Dios, me encanta Lern!.

-A mi me encantas tu Camz.- le dije cerca de su oído atrapando el lóbulo de su oreja entre mis dientes.

Tenia a Camila con su rostro recargado en las baldosas con sus piernas separadas mientras yo me encontraba detrás de ella penetrando suavemente su centro con dos de mis dedos y mi otra mano apretando su pecho izquierdo, a la vez que repartía besos y mordiscos en su cuello. La puerta corrediza de vidrio estaba completamente empañada entre el vapor que emanaba el agua de la regadera y el de nuestros cuerpos calientes.

Y es que el sexo que tuvimos en la cama y en el sofá de la habitación el resto de la tarde no había sido suficiente, nunca lo seria mas ahora que no sabíamos cuando tendríamos el tiempo de estar a solas. Volver a L.A significaba que ella tenia que regresar a su casa con su esposo y que durmieran juntos en la misma cama, espero con ansias que Will tenga buenas noticias cuando lleguemos necesitamos encontrar algo para que Camila se divorcie de su esposo, odio imaginar al señor Hussey tocandola por las noches y penetrándola con su gran... no, no debo de pensar en eso ahora, la tengo aquí conmigo y su esposo nunca podrá darle lo que yo le doy. Acelere mis movimientos agregando algo de estimulación a su clítoris, la haría gemir mi nombre.

-¡Oh Lauren!. Así, así...

-Vamos bebé.- hacía que su trasero chocara con mi pelvis en cada movimiento, no importa que no tenga un pene, mis dedos saben hacer muchas más cosas que un simple pedazo de carne. - Aquí estoy, yo te sostendré.

Sentí como su cuerpo se tenso y lleve mis dedos a su centro penetrándola un par de veces mas mientras sus paredes se estrechaban en mis dedos y derramaban su orgasmo tibio como el agua que nos bañaba. Creo en que cada ser humano nació con un fin en esta vida y el mío definitivamente es satisfacer a Camila, la adoro.

-¡Oh Dios!, eso... ha sido genial Lauren.- volteo pasando sus brazos por mi cuello.

Nos besamos lentamente sin dejar de ser un beso lleno de pasión y se acurrucó en el hueco de mi cuello. Abrí mis manos deslizándolas por su cuerpo mojado acariciando su columna hasta llegar a su cintura y le di un beso en su frente.

-Te amo Camz.- tendré que buscar una palabra que complete mas todos mis sentimientos por ella, porque te amo ya no será suficiente.

-Te amo mas.- la junte aun mas a mi y suspire un poco triste.

-Debemos salir ya si no queremos perder nuestro vuelo.

-Solo cinco minutos mas ¿si?.- dijo en un puchero aferrándose mas a mi. No pude evitar sonreír.

-Eso dijimos hace diez minutos.

-Lern, por favor...- suplico, ella sabe que si por mi fuera me quedaba la eternidad abrazada de su cintura.

-Esta bien, pero solo cinco minutos.- dije rendida al saber que no solo serian cinco minutos.

Llegamos de prisa al aeropuerto y registramos nuestro equipaje, Dinah y Ashlee nos esperaban preocupadas pensando que no llegaríamos a tiempo y perderíamos el vuelo, nos tomo mas tiempo como predije salir de la ducha y encontrar un taxi que esquivara el trafico de N.Y para nos trajera a tiempo.

Después de hacer el check-in, pasamos a la sala de espera VIP de la aerolínea, un lugar muy acogedor antes de abordar el avión. Dinah y Ashlee se mantenían muy unidas en todo momento y conversaban sentadas en una mesa desde donde se podía ver la pista de aterrizaje, mientras Camila y yo quisimos tomar algo en la barra de bebidas que ofrecía la aerolínea a sus pasajeros de primera clase. La veía un poco triste, no dejaba de verme y pasear sus dedos en el dorso de mi mano apoyada en mi muslo, ninguna de las dos había dicho nada desde que salimos del hotel.

 Dominante (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora