12.

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Darío echó su trasero hacia los dedos de Lucas, buscando más, no estaba aún muy satisfecho.

Estaba demasiado avergonzado pero el placer nublaba sus pensamientos coherentes.

Lucas quitó sus dedos dentro de él y Darío gimió en forma de protesta, ahora se sentía vacío. Mierda.

Lucas miró en su mesita de noche y maldijo.

—Supongo que hasta aquí, no tengo lubricante...—Dijo mirando a Darío.

—¿Qué? Da igual.—Darío quería matar a Lucas, como le dejara así, lo iba a matar.

—Posiblemente te dolerá...

—Da igual.

Lucas lo miró y se mordió el labio.

Darío sonrió internamente, siempre se mordía el labio cuando estaba nervioso o enfadado, pero en este caso seguramente sería lo primero.

—¿Confías en mi?—Preguntó Lucas después de estar un rato mirándose.

—Por supuesto.

—Bien, porque no tengo preservativos.

Darío casi se ríe, pero asintió.

Lucas alineó su miembro en la entrada del moreno y empezó a empujar.

Lucas soltó un gemido sin aire. Jodida mierda. Darío estaba tan apretado.

Darío sintió cómo le abrían y le dolió, aunque era soportable.

Lucas puso su frente en el pecho de Darío, intentado controlarse para no empezar a embestir con rapidez y fuerza, solo había metido la punta pero ya quería estar al fondo del chico.

Siguió entrando en el chico lentamente. Por cada centímetro que entraba del miembro de Lucas, soltaba gemidos satisfactorios.

Las paredes del moreno asfixiaban el miembro de Lucas, volviéndolo loco.

Cuando Lucas estuvo completamente dentro de Darío, estuvo unos minutos ahí, quieto, esperando a que el moreno se acostumbrara.

—L-lucas...¿se siente bien?—El moreno sonaba sin aire.

—No tienes ni idea.—Habló en los hombros del chico, Darío al sentir el aliento caliente de Lucas, tuvo otro escalofrío.

Darío empezó a mover las caderas, queriendo que Lucas también lo hiciera.

Lucas agradeció que estuviera listo ya, no iba a aguantar mucho más sin moverse en esa estrechez, pero tampoco quería hacer daño a Darío.

Sus embestidas fueron lentas, para que a Darío no le doliera tanto y se acostumbrara al movimiento dentro de él.

Darío se sentía más que bien, aún dolía pero el placer era mayor, movió sus caderas al ritmo que Lucas pero quería más.

—M-Mas...

Lucas rió y levantó la cabeza para mirarlo, era tan lindo. Darío estaba completamente rojo, su pelo despeinado, sin gafas, los labios hinchados y entreabiertos jadeando y pidiendo más.

Darío se dio cuenta que Lucas lo estaba mirando y cogió un cojín con los dientes, tapándose la cara.

—Quiero verte gemir para sí, cariño.—Lucas le quitó el cojín.

Darío bufó.

—Espero que estés tomando nota de todo.

Y continuó.

Empezó a embestir rápidamente.

Movimientos duros, Darío en uno de ellos se tensó y gimió fuerte, mandando su poco orgullo de "macho" a la mierda. 

—Interesante.—Lucas empezó a dar golpes constantes, uno tras en esa zona. La próstata de Darío.

Darío estaba muriendo de placer, Lucas no dejaba tranquila la zona donde sentía que el placer lo llenaba, gemidos salían y palabras ininteligibles también.

La habitación estaba llena de gemidos y gruñidos de ambos. Lucas estaba a punto de llegar, pero resistió, quería estar enterrado dentro del moreno un tiempo más.

Embistió más rápido, haciendo que la cama chocara con la pared. Lucas sonrió en los labios de Darío, le dio un beso rápido y cogió el cojín, lo puso entre la cama y la pared para que no sonara y siguió.

Darío y Lucas apenas recordaban que la madre del Segundo estaba en la planta de abajo.

Lucas sentía que las paredes del moreno lo apretaban más, y supo que Darío iba a llegar, al igual que él.

Lucas empezó a masturbar el miembro de Darío rápidamente mientras daba unas cuantas embestidas.

Darío soltó su líquido machando a ambos. Gimió fuerte.

Lucas salió de Darío y también dio con su mano unos movimientos rápidos y se corrió en el pecho del ojos grises.

Lucas se recostó al lado del moreno respirando con dificultad y cerró los ojos.

Nunca te corras dentro, y siempre usa condón. Puede ser peligroso que hagas lo contrario de ambas cosas.

Darío asintió con la cabeza, intentado controlar su respiración irregular.

Besos indecentes (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora