37.

28.7K 2.4K 171
                                    

Darío se sentó en el sofá nada más llegar a casa.

Se sentía cansado. Muy.

—Ay...Que hambre.—El moreno se levantó con mucha pereza y esfuerzo a la cocina.

Abrió la nevera. Nada parecía de su agrado.

—¿Mamá? ¿Puedo ir a tu casa?—Preguntó nada Más cuando su madre le atendió la llamada.

—¿Ocurre algo?

Bueno...Se diría que no tengo qué comer.—Comentó cogiendo una manzana verde, a la que le dio la vuelta y tenía algo negro.

Puso cara de asco y la tiró a la basura.

—¿Y Lucas?

Darío se quedó inmóvil. ¿Que diría? "oh, no sé, un día me desperté después de haber hecho el amor con él y había una carta en la que me decía que necesitaba tiempo."

—Mmm...Discutimos. ¿Puedo ir a casa o no?—Cambió de tema.

—Claro que sí, cariño. Te espero.

Darío colgó.

Sentía una presión en el pecho.

—Duele...—Murmuró recordando a Lucas.

Esto del amor era una mierda.

Se dispuso a ir a la casa de su madre, pero un mareo le hizo parar.

—Uh...Ese ha sido fuerte.—Se rió.

——————

Os imagináis que tiene una grave enfermedad?

Besos indecentes (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora