Besos indecentes (1)

55.

Cuando el doctor les dio el permiso a las familias de poder entrar, no les dijo si era un niño, una niña...O dos chicas o dos chicos.

Las primeras en entrar fueron las madres, emocionadas.

Lo primero que vieron fue a un bebé envuelto en una sábana blanca en los brazos del moreno.

—¡Es niño! ¡Zack! ¡Niño!—Grace estaba feliz, realmente feliz.

—Chaval, me has hecho perder la apuesta.—Zack, se acercó a su esposa.

La madre de Lucas buscó a su hijo con la mirada.

—¿Luk ?—Nick, el padre se adelantó.

Lucas salió del baño de la habitación, con el otro bebé en brazos.

Las dos parejas de padres abrieron los ojos sorprendidos.

—¿¡Dos!?—Exclamaron todos, a la vez.

Lucas rio y se acercó al moreno, sentándose a un costado, juntando a los dos gemelos.

—Dos.—Afirmaron.

—Si que eres fértil.—Zack le dijo a su hijo con una sonrisa.

—Eso, o no descansaron.—Grace guiñó.

—Mamá.—Se quejó Darío.

Nick se acercó a coger al bebé que estaba en los brazos del pecoso.

—¿Y este quien es?—Preguntó mirando las pequeñas manchas, de veía que había heredado las pecas de su padre.

—Mateo.

—¿Y este?—Zack cogió al otro.

—Rubén.

—Aún no me creo que hayan sido dos, ¿ustedes sabían?—La madre de Lucas acarició la pequeña nariz de Mateo.

—Nop, nos enteramos en el parto.—Contestó Lucas.—Fue una gran sorpresa.

—Y un gran dolor.—Añadió el moreno.—Apenas estaba listo y soportando al primero, como para un segundo nene, por un momento pensé que no podía.

Lucas le miró, eso hubiera sido horrible, se agachó para besarlo.

—Pero lo hiciste, amor. Eres muy fuerte.

—Claro que lo soy.

—¿Quién fue el primero en salir?—Grace tenía curiosidad.

—Rubén.

—Dicen que el que sale primero es el menor; ya que el que sigue dentro empujó al primero para que salga él, como ayudando/sacrificándose, como un hermano mayor, darle la vida primero a él.—Comentó.

—Oh...—A Lucas y Darío les pareció interesante ese dato.

—¿Están felices chicos?—Nick miró a la pareja.

—Muy felices.—Lucas y Darío se miraron sonriendo.

<Tan enamorados> Nick sabía que Darío sería un buen muchacho para su hijo. Y un gran padre para sus nietos.

Dos nietos, él también estaba muy feliz.