Besos indecentes (1)

31.

—Espera.—Lucas apartó al rubio que quiso acariciar su espalda.—No puedo hacerlo...Besas bien, pero no siento la calidez que siento con Darío...Puede que tengas razón: Me gusta Darío.

—¡Oh por dios! ¡Pensé que llegaríamos hasta el final!—Liam se sentó en la cama.

—¿eh?

—Pensé que si nos besábamos un poco te darías cuenta que todo eso sólo lo quieres hacer con Darío. Has tardado en darte cuenta.

Lucas le miró indignado.

—La verdad me había dado cuenta desde que te di el primer beso, pero quise obligarme a estar con otra persona.

—Bueno, ya has afirmado que estas enamorado de Darío.

—Sí...Pero él de seguro no.—Se sentó al lado de Liam.

Liam le miró y puso una mano en su espalda.

—¿Cuanto tiempo lleváis haciéndolo?

—Varios años, desde los 17.

Liam rió.

—¿Es enserio? ¿Tú crees que aún no siente nada por ti? No me jodas.

—¿Qué? Somos amigos con derechos ,supongo.

—Esas cosas acaban en amor. Como se nota que no has estado con ninguna otra persona.

—¿Te ha pasado?

—No...Pero leo cosas.

Lucas rió. Su amigo "el menor" no es que saliera mucho, era un cerebrito y menor, no tenía edad para salir.

—Bueno, yo me voy a la ducha.

Liam se fue al baño y El pecoso se acostó en la cama cerrando los ojos. No quería pensar.

El pelinegro se despertó por el timbre.

Miró su reloj, no había pasado mucho tiempo desde que acostó.

Se levantó y fue a abrir.

—¿Qué haces así?

Lucas observó a Darío, el cual a pesar de no verse muy bien, se veía enfadado.