La sospecha de Abigail 🤔

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Capítulo 14


Thiago llevaba varios minutos sin pronunciar palabra alguna. Estaba en total estado de shock.


— Espera, Oliver... — reaccionó el DJ. — ¿Me estás... diciendo... que tú y yo...?


— En un principio pensé que no debía decirte nada, pero ahora creo que es necesario que lo supieras...


— ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! — cabeceaba de un lado al otro. — ¡Esto no puede ser! ¡Debe tratarse una broma! ¡Ni siquiera lo recuerdo!


— ¿Qué recuerdas? — preguntó el otro de manera sutil.


— Yo recuerdo que... — hizo una pausa. — ¡Nada! ¡No recuerdo nada! ¡Esto no puede ser! ¡Yo no soy gay!


— Y tú no eres mi tipo. De hecho, eres el último chico en este planeta con el que yo me acostaría, pero pasó.


— ¿Estás seguro de que pasó? — insistía aún incrédulo.


— Verás... Mientras intentaba quitarte los zapatos, me tropecé y quedamos muy cerca. Entonces tú me besaste, ambos teníamos mucho alcohol en la sangre, una cosa llevó a la otra y... — suspiró. — En fin, Abigail no se dio cuenta porque estaba ocupada limpiando tu vomito en la entrada.


Con ausencia de aire en sus pulmones, Thiago tomó asiento en el sofá y se mantuvo inmóvil allí, por unos minutos, con la mirada perdida.


Oliver intentaba contener su risa mientras le ofrecía un vaso de agua con un poco de azúcar para quitar la palidez que cubría el rostro del otro.


— Vamos Thiago, esto tampoco es tan grave... — alentaba. — Finjamos que esto nunca pasó.


— ¡Sí pasó! — reaccionó convencido. — ¡Por supuesto que pasó! ¡Y quiero morir por eso!


— No pienses más en eso... — sugirió. — Hay cosas más importantes.


— ¡¿Qué puede ser más importante que esto?!


— Sergio comentó anoche en el club que su padre conoce a alguien que...


— Oliver, al punto.


— Al parecer, hay un productor interesado en ti... — indicó. — O algo así...


El pelirrojo arqueó una ceja.


— ¿Un productor?


— Sí, un tal Gilberto... Eh... Gregorio... Gonzalo...


— ¡¿Gonzalo Venturini?! — exclamó con entusiasmo.


El escritor chasqueó sus dedos.


— ¡Sí, él!


— ¡Oh, por Dios! — se puso de pie con una gran sonrisa. — ¡Gonzalo Venturini está interesado en mí!


¡ESTE NO SOY YO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora