Capítulo 42
Al salir de aquella casa, Raiza encontró a su hijo cabizbajo en el jardín.
— Aunque me trates así... — inició la mujer. — Quiero que sepas que estoy feliz de haberte encontrado...
— Por favor... — bufó el chico con ironía. — Se nota que morías por verme. Tanto, que esperaste 22 años para hacerlo...
— Thiago... — reprochó su padre desde la puerta.
— Déjalo, Octavio... — suplicó la pelinegra. — Él tiene toda razón de tratarme así...
— Raiza, tú no conoces a Thiago... — advirtió el arquitecto. — No tienes idea de cuan explosivo es su carácter...
— ¡Exacto! — chasqueó sus dedos. — ¡Ese es el punto, papá! Si esta mujer fuese mi madre sabría eso, pero no lo es...
— ¡Sí lo soy, Thiago! — estalló Raiza entre lágrimas. — Aunque te duela y prefieras a cualquier otra mujer como madre, te tocó ésta...
El rostro del DJ se tensó por completo.
— Escúchame bien; ni las hienas, las pirañas o las cocodrilos abandonan a sus crías, pero por desgracia para mí, me tocó una madre que se fue con el primer hombre millonario que le pasó por delante.
— Tienes razón, tu mamá se fue... — afirmó su padre. — Pero volvió, está aquí...
— ¿Te vas a poner de parte de esta mujer? — cuestionó Thiago con incredulidad.
— Eso nunca pasará. Lo que hizo Raiza es imperdonable, pero no quiero verte lleno de odio...
— Yo asumo las consecuencias de lo que hice... — admitió la otra. — Dime lo que tengas que decirme; insúltame o haz lo que quieras, pero saca todo el dolor que tengas en tu corazón... — suplicó. — Yo necesito encontrar el camino para llegar a ti...
— Yo aprendí a vivir sin madre, porque tú estás muerta para mí.. — hizo una pausa. — Lamento no haberte llevado flores, pero no sabía dónde estabas enterrada...
— Es suficiente, Thiago... — demandó Octavio.
— ¡No es suficiente! — protestó el chico. — Nunca voy a perdonar a esta señora por haberme abandonado...
— No estoy buscando tu perdón, porque sé que no lo merezco... — reconoció la morena. — Pero tu padre tiene razón; debes sacarte ese odio que llevas dentro.
— ¡Yo he vivido muy bien con este odio! — dijo el DJ con seguridad. — ¡Es mejor que una madre como tú esté muerta a que esté viva!
— ¿Qué es lo que quieres, Thiago? — inquirió el mayor. — ¿Que desaparezca otra vez?
— Eso no va a pasar, no importa lo que él me diga... — afirmó Raiza. — Nunca lo voy a abandonar otra vez, pero no discutan por mí...
— No te creas tan importante, Raiza... — susurró el arquitecto con ironía. — Tu hijo y yo discutimos todo el tiempo, es normal...
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¡ESTE NO SOY YO!
HumorEsta podría ser la historia de una amistad, una amistad preciosa. De hecho, me encantaría poder contarles la historia de dos chicos geniales, que hace años se hicieron grandes amigos y se quieren como hermanos. Me encantaría poder contarles esa hist...