Capítulo 41
— ¿Cómo has estado, Octa? — preguntó Raiza.
— ¿Octa? — arqueó una ceja. — ¿22 años sin saber nada de ti y reapareces llamándome Octa?
— Te ibas a casar con otra... — dijo con lentitud. — Lamento arruinarte este matrimonio también...
— ¡Esto es el colmo! — gruñó. — ¡Además, reapareces con ironías!
— ¿Tanto te molesta seguir siendo mi esposo?
— Esto no puede estar... pasando... — balbuceaba Eleonor. — Esto tiene que ser un error...
— No es un error... — afirmó el arquitecto. — Es un horror...
— Raiza es la madre de Thiago... — murmuró Oliver sorprendido. — No puede ser...
— ¿No tienes nada que decirme después de tantos años de silencio? — preguntó Octavio.
— Tengo tantas cosas que decirte... — aseguró Raiza. — Pero no sé por dónde empezar...
— ¿Cómo se te ocurre aparecer justamente hoy, en mi boda? — insistía el castaño.
— ¡No hubo boda, Oliver! — exclamó Tic~Toc. — ¡Thiago y tú no serán hermanos!
— No tiene ninguna gracia, Tic~Toc...
— No entiendo — hizo una pausa. — Acabas de decirme que te daba miedo ser el hermanastro de Thiago. Deberías estar tirando cohetes y dándome las gracias por haberte convencido de venir.
— Eso no viene al caso ahora. Thiago y mi mamá van a estar muy mal después de esto.
El DJ se mantuvo ahí, en total estado de shock y con los ojos humedecidos.
— No entiendo nada... — bostezó Renata a su lado. — ¿Hubo o no hubo boda?
Y sin más, el ojigris se echó a correr lo más rápido que pudo hasta la salida del juzgado y totalmente fuera de sí.
— ¡Thiago, espera! — suplicó el escritor detrás de él. — ¡Detente!
Su voz fue lo único que logró hacerlo entrar en razón y dio media vuelta para observarlo.
— No puedo creerlo, Oliver... — dejó caer una lágrima. — Raiza es mi mamá... — dijo con la voz rota. — La mujer que tanto he esperado me abandonó para irse con un millonario...
— No pienses eso...
— Es la verdad... — afirmó. — 22 años de ausencia y aparece justo hoy... — murmuró con resignación. — ¿Por qué no lo hizo mañana, dentro de un mes o nunca?
— Entiendo perfectamente tu furia, Thiago...
— Es más que eso... ¡Arruinó la boda de nuestros padres, Oliver!
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¡ESTE NO SOY YO!
HumorEsta podría ser la historia de una amistad, una amistad preciosa. De hecho, me encantaría poder contarles la historia de dos chicos geniales, que hace años se hicieron grandes amigos y se quieren como hermanos. Me encantaría poder contarles esa hist...