¡Sorpresa! 🎁

115 22 2
                                    

Capítulo 7


— Espera... — murmuró Thiago pensativo. — ¿Estás buscando un beso?


— No, yo no dije eso — aseguró Oliver. — ¿Acaso yo dije eso?


— Sí, lo dijiste — indicó el otro. — Dijiste que viniste aquí buscando un beso.


— Sí... — admitió. — Lo dije, pero lo dije porque me asustaste...


— Ah... ¿entonces a ti te gusta besar a las personas que te asustan?


— No, eso no me pasa con todo el mundo.


El DJ arqueó una ceja.


— ¿Quieres decir que solo te pasa conmigo?


— No... Sí... ¡NO! — tragó grueso. — ¡Basta! Lo que quiero decir es que tú fuiste quien me asustó, porque yo estaba aquí... pero tú llegaste y...


— Un momento... — interrumpió. — Quedamos en que mientras estemos en esta situación, ésta es mi casa y mi casa es la tuya. Y si se supone que esta es mi casa, es normal que yo entre, pero tú... entraste aquí... ¿buscando un beso? ¡No entiendo nada!


— ¡Deja de hablar! ¡Yo no vine a esta a casa darte un beso!


— ¿A mí? — cuestionó. — ¿El beso me lo ibas a dar a mí?


— ¡Deja de malinterpretar todo lo que digo!


— ¡Es que nunca te expresas con claridad, Oliver! Hablas hacia adelante y hacia atrás. Me cuesta entenderte.


El escritor soltó una carcajada.


— Por eso ni te preocupes... — restó importancia. — A mí no me entiende nadie. Hasta Tic~Toc me lo dijo.


— ¿Perdón? — frunció el ceño. — ¿Tu hámster habla contigo? ¡Estás demente!


El rapado inclinó un poco su cabeza y observó que el otro llevaba escondida la laptop a sus espaldas.


— ¡Claro! ¿Cómo no se me había pensado antes? ¡Viniste a llevarte tu laptop!


Thiago había descubierto a Oliver, así que ahora sí había llegado el momento de poner en marcha el plan que había ideado con Tic~Toc.


El ojigris tensó su rostro, lo observó fijamente y comenzó a caminar en dirección al DJ.


— Así es, cavernícola. Vine a MI casa, a recuperar MI laptop. Estoy harto de ti, de que no me dejes en paz.


— Créeme que yo tampoco estoy feliz con este asunto.


— No te creo nada. Pensé que después de graduarnos no volveríamos a vernos las caras nunca, pero te mudaste frente a mí para seguir amargándome la vida.


— ¡Yo no sabía que tú vivías en este vecindario! Además, no tuve nada que ver con la compra de esa casa.


¡ESTE NO SOY YO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora