Capítulo 19
Un hombre mayor, castaño y con gafas de sol, deslizaba su maleta por el extenso pasillo del aeropuerto. En la otra mano, llevaba un maletín.
Decepcionado, echó un vistazo a los lados y luego tomó su celular para enviar una nota de voz.
— Hola, hijo... — dijo con voz ronca. — Ya aterricé. Nos vemos en casa esta noche.
Al salir, pidió un taxi, el chofer le abrió la puerta y se marcharon del lugar.
Mientras tanto. Oliver se echaba agua en la cara con desesperación ante la mirada confusa de su madre.
— Tampoco es para tanto, Thiago.
— ¡Por supuesto que lo es! — aseguró el otro. — ¿Cómo puedes pensar en estar con otro hombre cuando acabas de quedar viuda?
— Lo sé, pero el padre de Oliver murió y no puedo hacer nada al respecto. Tengo derecho a rehacer mi vida.
— Espera... — arqueó una ceja. — Si tu esposo murió hace unos días, ¿desde cuándo conoces a tu amante?
— No es mi amante, es mi amigo, aunque no me molestaría si surge algo más — aclaró la mujer. — Y tampoco lo conozco desde hace tanto tiempo, el próximo mes se cumplirá tan solo un año.
— ¡¿Un año?! — exclamó aterrado. — ¡¿Coqueteabas con ese sujeto mientras estabas casada con papá?!
— No te tomes esto tan personal, era el padre de Oliver, no el tuyo. Pensé que eras de mente abierta.
— Póngase en mi lugar, Eleonor. No es fácil de entender.
— No vas a pensar mal de mí, ¿cierto?
— No, para nada...
— Mi matrimonio era muy aburrido, Thiago. Entonces hice este curso de gestión de redes sociales y ahí me recomendaron una aplicación de citas.
— ¿Una aplicación de citas?
— Así es. De pronto apareció este hombre y desde entonces no hemos parado de hablar. Es tan amable, educado y tengo muchas ganas de conocerlo.
— ¿Y cómo se llama?
— Pensador69
— Perfecto, ¿y su nombre real?
— No lo sé. No conozco ni su nombre, ni su cara. Solo me envió una foto de su miembro.
— Ah... Ya me quedo mucho más tranquilo...
— ¿De verdad?
— ¡Por supuesto que no! ¡¿Estás loca, Eleonor?! ¡Quizás sea un degenerado! ¡O un violador! ¡O un asesino en serie que te contactó para que se encuentren y termine cortando tu cabeza con un hacha para meterla en el refrigerador!
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¡ESTE NO SOY YO!
HumorEsta podría ser la historia de una amistad, una amistad preciosa. De hecho, me encantaría poder contarles la historia de dos chicos geniales, que hace años se hicieron grandes amigos y se quieren como hermanos. Me encantaría poder contarles esa hist...