La maldad de Renata 😈

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Capítulo 21


Oliver barría con una escoba los vidrios rotos ante la mirada desinteresada de Octavio en el sofá.


— Pensé que tu fortaleza era un invento para que todos te tuvieran miedo... — dijo el escritor.


— No hables como si nos estuviéramos conociendo...


— ¿Eres así de verdad? — insistió incrédulo. — ¿O eres así para que los demás...


— Yo no necesito la opinión de los demás, Thiago... — interrumpió. — ¿Qué quieres? ¿Que llore para que todos sepan que mi esposa me abandonó con un hijo recién nacido?


— En cualquier caso, llorar de vez en cuando no está mal...


— Llorar no es cosa de hombres, Thiago — sentenció el otro. — Te lo he dicho mil veces, no necesito llorar para demostrarle nada a nadie. Termina de recoger los vidrios y lárgate a tu habitación.


Mientras tanto. Una inquieta Socorro no dejaba de moverse en su cama.


Había algo que no la dejaba tranquila.


De pronto, los recuerdos comenzaron a llegar a su mente.


"En esta carta aparece un príncipe. Él te quiere de verdad, aunque le resulta tan difícil mostrar sus sentimientos. Este chico será un amor muy grande en tu vida. La persona que aparece en esta carta, comenzará a cambiarte la vida de forma inesperada, aunque creo que ya comenzó a cambiártela.


Esta experiencia les va a cambiar la vida. Tanto a ti, como al insoportable que está dentro de tu cuerpo. Ambos van a darse cuenta de quiénes son ustedes mismos realmente.


Normalmente, estos maleficios acerca de intercambio de cuerpos no se revierten por sí solos, ustedes mismos lo revierten.


Cuando hagan todo lo contrario a lo que dice en el conjuro que pesa sobre ustedes, ocurrirá la cancelación del maleficio y volverán a sus cuerpos".


Un fuerte dolor en el pecho de la mujer, la hizo despertar de golpe.


¡¿Cómo no se había dado cuenta antes?!


¡El insoportable era el príncipe al que le resultaba difícil mostrar sus sentimientos y que aparecía en las cartas de Oliver!


En ese momento, el celular del escritor, que terminaba de recoger los últimos trozos de vidrio, comenzó a sonar.


Oliver, soy Socorro...


— ¿Socorro? — frunció el ceño. — ¿Cómo conseguiste mi número?


Eso no importa ahora... — indicó. — Tengo algo importante que decirte...


— ¿Qué cosa?


¡ESTE NO SOY YO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora