Capítulo 50 (Antepenúltimo)
Al día siguiente. Thiago recibía a primera hora de la mañana una llamada un tanto inesperada.
— Carolina, ¿cómo estás?
— La verdad es que no muy bien...
— ¿Qué pasó?
— Casi no he querido probar bocado... — su voz se quebró. — Y ahora con lo de mis papás...
— ¿Qué le pasó a tus papás?
— Esto es lo más difícil que me ha tocado vivir...
— ¿De qué estás hablando, Carolina?
— Mis papás se van a divorciar... — rompió en llanto. — ¡Y yo me quiero morir!
— No digas eso, Carolina.
— Es la verdad, Thiago. Todo mi mundo se vino abajo. Mi familia está destruída y tú ya no me quieres...
— Claro que te quiero, no seas tonta...
— Necesito verte, Thiago. Me siento muy mal. Te necesito.
— Está bien, pero cálmate... — sugirió el ojigris. — ¿Dónde quieres que nos veamos?
— ¿Te parece bien en el muelle?
— Ahí nos vemos...
Por su parte. Oliver comenzaba a empacar su equipaje. En solo un día partiría con destino a Madrid para dar inicio a la gira de presentación de su nuevo libro, durante los próximos seis meses.
De pronto, recibió una llamada más inesperada aún.
— Hola, Oliver... — dijo una chica al otro lado de la línea. — ¿Te acuerdas de mí? Soy Julie...
— Julie... — susurró en sorpresa. — Cuánto tiempo...
Julie siempre fue la chismosa del salón. Ninguna información se le escapaba.
— Hay algo muy importante que, aunque me da mucha pena, tengo que decirte...
— ¿Sobre qué? — infirió. — Ahora estoy algo ocupado...
— Es acerca de Thiago...
— ¿Qué pasa con él?
— Thiago te está engañando...
El pelirrojo frunció el ceño.
— ¿Cómo sabes que Thiago y yo...
— Eso no importa ahora... — interrumpió la chica. — Él se está viendo todas las tardes con Carolina en el muelle...
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¡ESTE NO SOY YO!
HumorEsta podría ser la historia de una amistad, una amistad preciosa. De hecho, me encantaría poder contarles la historia de dos chicos geniales, que hace años se hicieron grandes amigos y se quieren como hermanos. Me encantaría poder contarles esa hist...