Capítulo 7
Sobre palabras, delatores y margaritas
Día 3 del programa M.E.R: 13 de enero de 201512:00 pm
Las margaritas no eran las únicas que debían asistir a sesiones con la doctora Wallace. Sus delatores, nombre con el que la misma Margaret los había condenado, asistieron durante meses a encuentros con ella e incluso con el programa en marcha debían reunirse seguido en ese consultorio tan peculiar. El tanto verse logró que se crease una gran amistad entre ellos, que les serviría de apoyo durante todo el programa. Ese lazo era necesario, pues lidiar con margaritas tan marchitas no era una tarea sencilla.
Solo bastaba con preguntárselo a Eve para darse cuenta de ello.
La chica suspiró por cuarta vez luego de ver que su mensaje fue ignorado, de nuevo. Había sido la primera en llegar, por lo que esperaba sentada en el sofá del consultorio de Margaret al resto de los delatores y a la misma doctora. De ser sincera, le habría tocado admitir que el consultorio no parecía tal cosa. Era más bien una especie de salón invernadero, lleno de flores, con dos grandes sofás en el medio y una mesa para café estilizada. La doctora no solo trabajaba de manera extraña, también se rodeaba de lugares inusuales.
En fin, volviendo a la tristeza de Eve, todo se debía a su querida Clo-clo. Los padres de Cloe viajaban tanto por trabajo que desde hacía dos años que ambas primas habían decidido mudarse juntas para evitar la inestabilidad que generaban tantos viajes en tan poco tiempo. Sin embargo, durante los últimos días, Cloe había empacado todas sus cosas y se había marchado a la casa de su mejor amiga. Eso le dolió a Eve, sabía que poco a poco perdía a la persona más importante de su vida.
—¡Eve! —ella levantó la mirada de su teléfono en el momento en que escuchó su nombre. Encontró al chico de gafas de pasta cerrando la puerta del consultorio, tenía una expresión alterada presente en sus ojos cafés. Supo exactamente a qué se debía —. ¡Por favor! ¡Sácame a Primrose de encima!
Eve soltó una pequeña carcajada mientras Derek se arrojaba en el sofá, justo a su lado. Él le cayó bien desde el primer momento en que cruzaron palabras. Notó al instante que no era alguien común, tenía una especie de vibra que te llamaba a querer saber más de él. Quizá la misma vibra atrajo a Primrose desde el inicio.
—Bueno, fue tu culpa por coquetearle el primer día —dijo Eve apagando su teléfono y dejándolo a un lado.
—¿Yo? ¿Coquetear? ¡No lo hice!
—Le dijiste que era hermosa.
—¿Y? ¿Qué tiene de malo? No mentí —habló Derek, apoyando su cabeza en el hombro de su amiga. Inmediatamente, ella comenzó a peinar su cabello chocolate —. No creo que exista una mujer horrible. Todas son lindas a su manera, pero, por alguna razón, siempre olvidan que es así. Me gusta tomar el papel de recordarles que tan lindas son, nada se siente mejor que ver la sonrisa en una chica luego de decirle que es hermosa ¡Y no es coqueteo!
ESTÁS LEYENDO
Margaritas || P.E #1
Teen Fiction"Las margaritas son frágiles, delicadas, sencillas..." Quien cree eso, es porque no sabe lo que sabe la doctora Margaret A. Wallace: Ella, especialista en desórdenes alimenticios y problemas psicológicos, sabe que el mundo en realidad es un gran jar...