Capítulo 11
Entre insectos y críticas:
Día 18 del programa M.E.R: 28 de enero del 20154:00 pm
Lilian no mintió cuando dijo que su lugar favorito incluía insectos. Sin embargo, no fueron los bichos que Sanne imaginó.
—Sabes, cuando me preguntaste si me daban miedo los insectos no imaginé que te referías a mariposas —le dijo Sanne, mientras ambas entraban al jardín de mariposas del zoológico de Detroit.
—¿Por qué no? También son insectos —expuso Lilian.
—Pero cuando lo dices como me lo dijiste en Sweets, parece que hablaras de cucarachas, o gusanos —expresó Sanne —. Las mariposas no dan miedo, son lindas.
—Pero siguen siendo bichos —dijo Lilian, deteniéndose en la mitad del jardín para sentarse en uno de los bancos —. No es mi culpa que tengas una mala perspectiva sobre los insectos.
El jardín de mariposas del zoológico de Detroit era un hermoso lugar lleno de plantas que recibían sol a través de la cúpula de cristal que las cubría. Alrededor de veinticinco especies de mariposas abrían y cerraban sus alas constantemente ahí, atrayendo turistas o personas como Lilian, que se detenían a observar la belleza en seres tan diminutos como aquellos.
Desde los diez años, Lilian solía ir al jardín de mariposas dos o tres veces al mes solo para ver y dibujar esos insectos. Encontraba increíbles sus alas decoradas, aunque también sentía fascinación por sus pequeños y frágiles cuerpos. Desde corta edad se preguntó: ¿cómo cosas tan chiquitas y sencillas podían llegar a volar tan alto?
Se cuestionaba cómo era que, siendo tan solo insectos, conseguían llenar el mundo de tanta belleza. No creía que fueran sus coloridas alas, pero había algo en su revolotear que las volvía interesantes. Era como si, con solo despegarse unos pocos metros del suelo, ellas sabían que tenían un mundo entero bajo ellas que les pertenecía. Eran frágiles, eran pequeñas y, aun así, volaban.
Sanne se sentó al lado de Lilian y observó con atención como los ojos pálidos de la chica se perdían en una mariposa de alas azules brillantes. Lili no tardó en sacar un pequeño cuaderno de dibujo de su bolso para retratar al pequeño insecto. Comenzó a trazar con delicadeza sobre una hoja y, de pronto, fue como si ya no estuviese más junto a Sanne. Se perdió en los movimientos del lápiz, en la mariposa y en lo que buscaba dibujar. Por primera vez, la margarita con ortorexia logró ver pasión en la margarita con bulimia. El pequeño cuerpo de Lilian cobró vida en ese instante.
Era casi cuestión de magnetismo como provocaba ver a Lilian dibujar. Estaba tan concentrada, tan apasionada y tan a gusto en su lugar favorito que Sanne se sintió cómoda junto a ella. La habría observado por un largo rato, de no ser porque su móvil comenzó a sonar y, por el tono de las notificaciones, supo que debían ser de Instagram. Respiró hondo antes de encender el celular y mirar.
ESTÁS LEYENDO
Margaritas || P.E #1
Roman pour Adolescents"Las margaritas son frágiles, delicadas, sencillas..." Quien cree eso, es porque no sabe lo que sabe la doctora Margaret A. Wallace: Ella, especialista en desórdenes alimenticios y problemas psicológicos, sabe que el mundo en realidad es un gran jar...