Capítulo 48
Llenando el vacío:
Día 236 del programa: 13 de noviembre del 201510:00 am
Lilian adquirió el don de perdonar ese último año. No le costó aceptar las disculpas de Margaret luego de aquella pelea en el consultorio de Ume, tampoco le resultó difícil hacer las paces con Derek luego de su primera disputa como pareja, ni con sus amigas después haberlas hecho enojar varias veces. En fin, le había agarrado el gusto a pronunciar las palabras "te perdono". Incluso, resultaban dejar un sabor dulce en su paladar. Pero a la única que nunca perdonaría, sería a si misma...y menos ese día.
Con la foto de la perfección que nunca alcanzaría en su mano y con la duda de lo que pudo haber sido su vida — pero no fue — en su mente, recordó que día era en el calendario. Soltó un suspiro y se sostuvo del lavamanos, se sentía como peso muerto en vida, deambulando entre un enojo y una melancolía que solo la llevaban al mismo punto una y otra vez: el del dolor interminable ¿Por qué no pudo quedarse dormida?
Se rodeó a sí misma, sintió sus costillas y se maldijo en silencio por despertar. Pudo haberse quedado en su cama, durmiendo hasta el día siguiente, y despertar en una mañana distinta a esa. Pudo haber intentado cerrar los ojos una vez más, pudo abrazar a Derek con más fuerza para combatir el insomnio, pero no hizo nada de aquello. Se levantó de manera automática, fue hasta su baño—¿por qué insistió en quedarse en su casa la noche anterior en primer lugar? ¿No habría sido más inteligente dormir en otro lugar? —, y buscó la foto...la dichosa foto...
Ese día, se cumplían cuatro años desde que descubrió quienes eran las chicas de la fotografía; ese día, se cumplían cuatro años del comienzo de una vida desgraciada y demasiado cruel.
El vacío del abandono la invitó a llorar, pero se rehusó. No es que fuera fuerte al aguantar sus lágrimas, sino que creía que, si lloraba, debía de hacerlo por alguien que valiera la pena. Ese era el momento de llorar por sí misma, y como no creía valer algo, le prohibió a sus ojos cristalizados derramar los mares acumulados.
Al no tener efecto en su mirada, el vacío se trasladó hasta el resto de su ser. Se apretó con fuerza, como si tratara de desvanecer o hacerse más pequeña. No logró nada, tan solo aumentó el dolor dentro de su cuerpo. Su labio inferior comenzó a temblar y supo que esa era señal de que pronto comenzarían los recuerdos. En instantes, comenzaría su propia película se horror.
Recordó, en sus últimos segundos de cordura, que Derek estaba afuera durmiendo, sin imaginar lo que a ella le atormentaba estando despierta. Lilian se apresuró a cerrar la puerta del baño con llave, no podía permitir que él la viera en ese estado. Una vez encerrada, buscó entre los compartimientos del baño hasta dar con esa bolsa llena de comida. Suspiró, jamás se perdonaría lo que le hacía a su cuerpo, pero era la única manera que conocía de estabilizar sus sentimientos. Aprendió de su madre que ella tan solo fue un error, y los errores no merecen sentir más que dolor, ¿no? Quizá no tiene mucha lógica, pero ella nunca razonaba con claridad al tener frente a sus ojos la opción de atragantarse en comida. Quiso comer hasta sentir dolor, y vomitar hasta percibir ardor.
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Margaritas || P.E #1
Teen Fiction"Las margaritas son frágiles, delicadas, sencillas..." Quien cree eso, es porque no sabe lo que sabe la doctora Margaret A. Wallace: Ella, especialista en desórdenes alimenticios y problemas psicológicos, sabe que el mundo en realidad es un gran jar...