Capítulo 50
Sobre dudas y detalles:
Día 346 del programa M.E.R: 24 de diciembre del 201511:00 pm
Los humanos somos seres inquietos y nuestros cerebros están en un movimiento constante. En nuestra naturaleza está el hacer preguntas tan extensas como el universo mismo. Por ello, siempre habrá alguien que cuestione y se cuestione a sí mismo; eso es lo que vuelve mágico a nuestro mundo.
Siempre hay un "¿por qué?" que descubrir, un "no sé" que tiene el potencial para transformarse en un rascacielos de respuestas. Es algo hermoso lo que hacemos: ideamos un mundo a partir de una pregunta y lo construimos a partir de las respuestas, incluso de las que no hemos encontrado aún.
Podré vivir feliz siempre que haya neuronas dentro de mi mente que activen signos de interrogación en mi subconsciente. Del mismo modo, podré morir contento si, en mi lecho de muerte, alguien llega a decirme que siempre habrá, aunque sea, una persona que estará dispuesta preguntar cosas nuevas en mi ausencia. Quiero una sociedad en la que todos deseen saber la longitud del universo, una en la que se pregunte cada día porque el mundo es redondo y no de otra forma, o una en la que se cuestione como inició todo lo que conocemos. Porque las dudas nos mueven, nos obligan a avanzar.
Nosotros no nacimos para quedarnos parados, debemos correr en el mundo que se nos ha dado.
Yo vivo feliz sabiendo que me hago una pregunta todos los días: ¿Cómo de una simple semilla puede nacer una flor? Sé que suena tonto y quizá la respuesta técnica está en muchos libros de botánica. Sin embargo, aún no me explico cómo algo tan hermoso, con pétalos de diversos colores, es capaz de surgir de algo tan sencillo como una pequeña semilla. La hermosura nace de la simplicidad, y ese será un detalle que siempre me llenará de duda ¿Cómo? ¿Cómo algo tan diminuto está destinado a crecer hacia el sol? ¿Cómo agua, luz y cariño es todo lo que se necesita para iniciar un ciclo de vida? ¿Cómo?... Me tranquiliza saber que siempre me lo cuestionaré.
No soy el único que encuentra necesario el preguntar y encontrar respuestas. Jacob A. Everton era un hombre que definía la pasión como darse el beneficio de una duda infinita, lo cual resulta sorprendente pues el hombre sabía demasiado. Era un crítico de arte reconocido, pero siempre se preguntaba más allá; siempre encontró alguna pregunta extra...
Y sus hijos heredaron el don de la curiosidad, común en su lado de la familia.
—Papá, ¿quién es Jayden? —preguntó Padme, sin utilizar la sutileza sugerida por sus hermanas y hermano.
El hombre de cabello rubio, con tan solo unas pocas canas en él, levantó sus cejas pobladas con sorpresa al escuchar ese nombre en la boca de su hija menor. Al verlo, encontrarías a un sujeto de gran volumen que, según sus hijas: "resultaba perfecto para abrazar". Solía tener una sonrisa muy diferente a la de su esposa que, más allá de lucir forzada, expresaba una alegría calurosa y sincera con tan solo verla. Sin embargo, en ese momento no hubo sonrisas que expresar. Ese nombre previamente mencionado llevaba rebotando en su cabeza desde antes de contraer matrimonio con Margaret. Su esposa le había dicho un sinfín de veces que no quería que sus hijos descubrieran la identidad de ese chico que, en un pasado, ambos conocieron.
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Margaritas || P.E #1
Teen Fiction"Las margaritas son frágiles, delicadas, sencillas..." Quien cree eso, es porque no sabe lo que sabe la doctora Margaret A. Wallace: Ella, especialista en desórdenes alimenticios y problemas psicológicos, sabe que el mundo en realidad es un gran jar...