Capítulo 13

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Capítulo 13Una tregua entre flores:Día 19 del programa M

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Capítulo 13
Una tregua entre flores:
Día 19 del programa M.E.R: 29 de enero del 2015

6:30 pm

Impresión.

Sí, definitivamente esa fue la primera palabra que pasó por la cabeza de Cloe al ver el enorme y lujoso edificio frente a ella. Revisó una vez más la dirección que Dalia les había enviado a todas, solo para confirmar que estaba en el lugar correcto. Por supuesto, el buscador de Google y los atajos del taxista hicieron bien su trabajo, así que estaba en el que debía ser el hogar de los hermanos Milestone. Era difícil de procesar, pero no pudo negar que estaba en el lugar correcto.

Para ser justo, ella debió haber esperado algo así. Después de todo, el hermano de la margarita obesa era de los ricos más nuevos de Detroit. Sin embargo, el nivel de lujo que tenía frente a ella le pareció increíble. Es decir, ¿botones elegantes en la entrada? Creyó que esos solo se encontraban en hoteles finos, aunque ella nunca fue a uno que los tuviese. Además, la arquitectura moderna del edificio, más su intimidante altura, delataban que era costoso. Le resultó incalculable tan solo imaginar una cifra próxima al precio de un departamento allí.

—Ah, hola Cloe —escuchó la voz de Sanne tras ella.

Para cuándo volteó, la encontró cerrando la puerta de su auto rojo, estacionado justo frente a ella. Lo primero que llamaba la atención en la margarita ortoréxicas era su voluminoso y rizado cabello. Lo segundo, eran sus ojos grises llamativos y brillantes. Lo tercero, era lo bien que su piel morena le sentaba a esas dos características. En fin, Sanne llamaba la atención con su sola presencia. No obstante, Cloe no se fijó en ninguno de esos detalles.

Observó en su lugar, como la ropa que traía favorecía su ejercitado cuerpo. De repente, sintió envidia. Los leggins que traía puestos no mostraban ni una imperfección en sus piernas, pues no las había. Su camisa color gris, suelta y con una frase que no se molestó en leer, era lo suficientemente corta en la parte de adelante como para mostrar tan solo un poco de su trabajado abdomen. Sanne se veía increíble, incluso sin maquillaje.

Cloe consideraba injusta la existencia de gente como ella, que levantaba aún más la barra de perfección. A pesar de que se cubrió luego con un abrigo debido al frío de los meses invernales en Detroit, no pudo esconder lo impresionante que lucía su cuerpo. Sanne quizá no era una rosa a los ojos de Margaret, pero, a los ojos de la margarita anoréxica, ella era demasiado perfecta como para compararla con el resto de las flores de la doctora.

Sanne se acercó hasta ella, ignorando lo que pasaba por su mente. Cuando su mirada encontró la altura del edificio, incluido su lujo, su boca se abrió con impresión. Tampoco esperó tanto lujo.

—¿Es aquí? —preguntó, colgando su bolso en su hombro derecho. Estaba sorprendida con el lugar.

—Llevo haciéndome la misma pregunta desde que llegué, hace como diez minutos —respondió Cloe frotando sus manos por el frío. Ese invierno fue de los más templados en Detroit, ni siquiera nevó demasiado. No obstante, los huesos de Cloe eran sensibles a temperaturas bajas.

Margaritas || P.E #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora