CAPÍTULO 1 ( La cita )

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—Hyung, péstame el muñequito de Hul po favol —pedía muy bajito el pequeño JiMin.

—Ya te dije que ¡ño! No te voy a pestad el Hulc —le gritó MinJi mientras cogía fuertemente al muñeco.

Ambos gemelitos jugaban en su sala de juegos con unos muñequitos de acción y varios carritos. A JiMin no le llamaban mucho la atención los juguetes, el prefería tomar esos grandes libros que su papá tenía en la biblioteca. Pasar las hojas viendo los dibujitos que habían en ellas era su pasatiempo favorito. Pero aún así, le gustaban algunas muñequitos, sobre todo su preciado Hulk.

MinJi había decidido jugar a los superhéroes y practicamente lo arrastró hasta la sala.

JiMin no quería que su hyung se molestase, por lo tanto accedió a jugar con él, pero MinJi había tomado las riendas del juego, no lo dejaba tocar nada y estaba lastimándolo al tirarle los carritos como si él fuera una autopista.

—Hyung, pelo e-ese es mi muñequito —murmuró sin malas intenciones.

Pero no fue suficiente. MinJi se volteó hacia él y lo miró indignado, tenía tan solo cuatro años, pero ya sabía lo que estaba a punto de hacer.

—¿Qué? ¿Ese es tu muñequito? ¿No me lo vas a pestal? —le dijo acercándose a él lentamente y haciendo que JiMin retrocediera—. ¡Tú edes un hedmano malo!

Le apuntó con su dedo haciendo que su hermanito cayera de espaldas. Se acercó hacia él y empezó a jalarle el cabellito rubio, mientras con su otra mano le pegaba en el cuerpecito.

—¡No hyung! ¡No me pegue po favol! —sollozaba el pequeño.

—Shhh ¡Cállate! Edes malo, has sido malo con hyung —le dijo fingiendo sentimientos que no sentía.

—¡Peldón hyung! ¡Lo siento! He sido malo, y-ya no me pegues.

—¡Vete! ¡Malo y feo!

JiMin sintió sus ojitos aguarse nuevamente.

Retrocedió con miedo y caminó hacia la cocina donde estaba su mami, pero cuando la vio hablando con las señoras que cocinaban y limpiaban, no quiso interrumpirla. Tal vez mamá lo castigaría por haberse portado mal con su hyung. Reprimiendo sus lagrimitas, salió al jardín trasero, se sentó en las piedritas y al recordar que fue malo con su hyung no pudo detener sus lagrimitas.

Un curioso pelinegro miraba desde el otro lado del jardín, como JiMin limpiaba sus moquitos y restregaba sus ojitos. No le gustó ver al niño dinopollo llorando, por lo que tuvo una grandiosa idea. Moviendo el palito de la reja por donde antes el niño  que lloraba había pasado, entró a invadir el patio del vecino.

—Hola niño dindo.

JiMin se sorprendió al ver a su vecino parado delante de él. Sintiendo un poquito de miedo al verlo aparecer de la nada, retrocedió un poquito. 

—Hola... —saludó tímido mientras terminaba de limpiar sus ojitos llorosos.

—¿Po qué llodas? ¿Quién te ha hecho llodad? —le preguntó sintiendo una molestia en su corazoncito. No le gustaba la sensación de ver al niño llorar—, dime quién fue para poder ir y sacarle la lengua.

JiMin se sorprendió por lo que dijo el niño y limpiando las últimas lágrimitas, sonrió un poco. Se había puesto feliz sin quererlo. Sus lagrimitas habían parado sólo por ese niño.

—Nadie... yo llodé solito poque fui un mal hedmano —confesó apenado.

—Tú no padeces ser mal hedmano. Espeda... ¿eres tú el niño dinosaudio pollo o su hedmano gemelo feo?

ʟᴀʙɪᴏꜱ ᴄᴏᴍᴘᴀʀᴛɪᴅᴏꜱ ➳ [ ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora