CAPÍTULO 39 ( Amores que se van, amores que regresan )

7K 924 290
                                    

Fue demasiaso rápido.

Una semana donde lo ignoró por completo. JiMin trataba de evitarlo a toda costa y eso le dolía más de lo que imaginó. A veces se lo cruzaba en la puerta de la empresa o de su casa. Otras veces lo veía de lejos y corría para que no lo viese. Incluso se ocultaba en su habitación para no verlo en las cenas que tenían él, su madre y MinJi. Tampoco había aceptado ir a la casa de los Jeon.

Estaba aguantando su dolor.

Conversaba con TaeHyung y trataba de convencerse a sí mismo de que tenía que seguir su vida. Sí. Pudo haber sido fácil llegar tras tantos años, robarse al novio de su hermano y dejar atrás al hombre que lo había acompañado tantos años. Su cabeza era un lío. Y nadie podía juzgarlo. Se preguntaba cada noche cómo haría para parar a su estúpido y debil corazón que le pedia ir por JungKook.

Nadie lo podía entender. Ni él mismo lo hacía. Su vida había dado otro giro inesperado como cuando era niño. ¿Cómo le pedían a alguien estabilidad emocional o que escoja de la noche a la mañana una decisión donde sus sentimientos parecen no escuchar? Lo apartaron de todo lo que conocía cuando a penas era un niño, creció hasta un cierto tiempo con el amor de su madre y luego ya no lo tuvo. Fue feliz e infeliz. Cuando creyó que todo estaba sanado, que al fin había alcanzado la tranquilidad y todo ya eran solo recuerdos, su padre murió volviéndolo a dejar sin amor.

Y regresar tal vez fue lo peor.

Sin experiencia se tuvo que encargar de todo. Tuvo que regresar a enfrentar su pasado que creía enterrado. Y los sentimientos volvieron a florecer, sus heridas se volvieron a abrir como si nunca hubiesen cicatrizado y la gente que creía conocer, eran diferentes. Y no los culpaba. No culpaba a JungKook, ni a MinJi, ni a su madre. Así como él, ellos también siguieron su vida. Pero ¿qué podía hacer entonces?

Su corazón revoloteaba cuando lo veía.

Se aferró a que era solo un cariño y la nostalgia por la forma en que lo amó cuando niño. Pero cada vez era más fuerte. Sentía necesidad de verlo, de recordar junto a él y recuperar todos esos años perdidos. Pero estaba TaeHyung también. Creó una vida junto a él y le dolía, porque también lo amaba. A ambos. Y no, no era egoísta. Era solo un mar de confusiones que trataba cada día de solucionar. Pero no podía. ¿Por qué carajos debían presionarlo de esa forma? Sí, la vida no era un juego donde él podía tomarse todo el tiempo del mundo para decidir que hacer. Incluso los juegos tienen tiempos determinados también.

Tenía solo 23 años.

Y tantas cosas que sobrellevar. Una empresa, su madre, su hermano que parece odiarlo, dos amores y un pasado. No quería que le pidiesen que elija, porque él ya se atormentaba todos los días con lo mismo. Tampoco pedía que lo entendiera , solo que por favor, no lo juzgaran. El trataría como cada noche, liberar su dolor entre lágrimas y ordenar su cabeza. Aunque practicamente estaba decidido todo ya.

Había perdido a JungKook.

Por más que este prendiera y apagara las luces cada día para hablar con él, no le hacía caso. Por más que le reventara el celular con mensajes y tratara de buscarlo, lo evadía de su vida. Y estaba bien. Porque fácil sería quedarse con él y un felices para siempre sea la ultima frase de su historia, pero no podía. Dentro de la perspectiva de los demás, estaba seguro que eso sería lo medianamente correcto. Pero ¿y su hermano? ¿Y TaeHyung? ¿Y sus propios sentimientos? Jugar al amor imposible, no estaba bien. Jugar a que el amor lo podía todo, tampoco era lo acertado.

No se vivía de amor.

Habían muchos factores que afectaban la relación de las personas. Pensar que el amor lo puede todo sería no vivir en la realidad de un mundo que tiene sentimientos igual de importantes o complementos que crean ambientes de vida. Pero su racionalidad también lo estaba llevando a la quiebra. Su amor y razón no peleaban, si no estaban aliados para destruir las pocas fuerzas que ya tenía.

ʟᴀʙɪᴏꜱ ᴄᴏᴍᴘᴀʀᴛɪᴅᴏꜱ ➳ [ ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora