Las cosas no eran tan sencillas como parecían.
Por un error que no cometieron, habían perdido el rastro de sus corazones. Alimentaron todos sus miedos, las dudas los alejaron y las mentiras finalmente los separaron.
Con el dolor en su pequeño corazoncito, un JiMin de cortos diez añitos tuvo que irse de la vida de JungKook, pagando un pecado que no era suyo.
Y se lo llevaron.
Cargó su historia, sus promesas y sus penas. Trató tantos años de olvidarlo, de dejar atrás su vida, pero un amor como el suyo no se podía olvidar. Tarde se había dado cuenta que era JungKook, que siempre sería JungKook el amor de su vida. Y solo lo confirmó cuando regresó.
Se amaron en silencio y el recuerdo que les quedaba, poco a poco iba muriendo.
¿Cómo sería eso fácil? ¿Cómo iba a imaginar que algún día regresaría? Le habían dado la espalda, solo eran su padre y él. Así que prosiguió con su vida, ¿por qué entonces se sentía como si hubiese hecho mal? ¿Estaba mal querer a TaeHyung como lo quería? ¿Estaba mal el no saber que aún amaba a JungKook? ¿Que lo descubrió cuando regresó?
¿Por qué lo juzgarían? ¿Por qué se juzgaría a él mismo?
¿Por seguir sus instintos y su alma? ¿Su corazón? Ya se sentía cada día mal por los besos llenos de pecado que JungKook, ya se sentía mal por traicionar a su hermano. Porque MinJi pudo haber sido malo con él, pero era imposible no quererlo. Era imposible no sentir su conexión de gemelos, sobretodo porque cuando lo miraba, se veía reflejado a sí mismo.
Él y JungKook eran historia.
Aunque el amor tenía ganas de volver. Se dejaron hace muchísimo tiempo y aunque volvió aquel momento en el que se vieron por vez primera, con el alma entre sus venas, ya no podían ser ni hacer el amor.
JiMin entró al cuarto de su madre.
Ella estaba tranquila, leyendo un libro que JiMin desconocía. Se acercó lentamente y Ye Na dejó el libro de lado para sonreírle.
—¿Qué te trae por acá pollito?
JiMin la miró confuso.
MinJi acababa de pasar una terrible crisis, incluso aún JungKook permanecía encerrado en el cuarto de su hermano sin salir, ¿y su mamá parecía tan serena?
Tan serena como una noche de verano.
—MinJi... —susurró JiMin—. Él tiene una terrible crisis nerviosa, ¿no escuchaste nada?
—Ah, las crisis de MinJi —dijo la mujer con una mueca que JiMin no pudo descifrar—, siempre le dan.
—Pero mamá, él está mal. ¿Qué es lo que tiene? ¿Por qué está así? ¿Y si llamamos a un médico?
—Dice que solo JungKook puede calmarlo —añadió Ye Na—. Y JungKook alega lo mismo.
—Pero mamá —contradijo JiMin—, debe haber una razón para esto. Mi hermano está mal, no podemos dejarlo así. ¿Por qué está así?
—Pollito...
—No mamá, pollito nada. Mi hermano no está bien y por lo que dices, no es la primera vez. ¿Qué es lo que ocurre con MinJi?
JiMin estaba preocupado.
No podía entender por qué su hermano se encontraba en ese estado. La sola imagen de verlo tan vulnerable, le daba escalosfríos. Incluso TaeHyung tuvo que calmarlo antes de que entrara a hablar con su madre. El castaño le había consolado y le había dado palabras de aliento, donde lo calmaba y le prometía que todo estaría bien. Fue gracias a los abrazos y caricias de TaeHyung, los que le hicieron ir al cuarto de su madre a preguntar por su hermano. Incluso, JiMin sabía que TaeHyung se había quedado tras la puerta de su madre por si pasaba algo.
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ʟᴀʙɪᴏꜱ ᴄᴏᴍᴘᴀʀᴛɪᴅᴏꜱ ➳ [ ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ ]
FanfictionPark JiMin y Park MinJi son dos hermanitos gemelos que se aman mucho. Su amor de hermanos parecía ser un lazo que nunca se rompería, hasta que a sus pequeñas vidas llega Jeon JungKook, un pequeño de cinco años que creará en los hermanos una gran ri...